El poder de las tres bendiciones

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Esta simple práctica puede transformar tu vida, llenándola de paz y felicidad. ¡Ponla a prueba!

Si miras a las personas que te rodean y repasas los títulos de los libros de autoayuda en las listas de los best sellers, te darás cuenta de que la mayoría de ellas está buscando la fórmula de la felicidad. Sin embargo, aunque algunos tratan de obtenerla a través de los placeres materiales y otros en prácticas exóticas, la realidad es que la felicidad puede estar literalmente al alcance de tu mano con una técnica tan fácil y sencilla, que solo toma unos minutos al día. Pero su efecto es realmente transformador. Es más, después de un estudio en el que los participantes emplearon esa técnica, su creador declaró: “Nunca antes había escuchado tantas veces las palabras ‘este ejercicio cambió mi vida’”. LOS SIGNOS DE MÁS Conocido como el padre de la nueva ciencia de la sicología positiva, Martin E. P. Seligman, el autor de Florecer: la nueva psicología positiva y la búsqueda del bienestar, se basa en más de 20 años de investigación clínica para demostrar cómo el optimismo mejora la calidad de vida, y cómo cualquier persona puede aprender a practicarlo. Para ello, Seligman creó un ejercicio llamado Las tres bendiciones. Éste se basa en un principio universal que se encuentra en todas las nacionalidades, razas y culturas. Y es que de acuerdo con él, los seres humanos nos enfocamos demasiado en lo que va mal y no lo suficiente en lo que va bien en nuestra vida. Aunque su intención es protegernos, esta actitud fomenta el pesimismo, la ansiedad y la depresión, robándonos la simple alegría de vivir. “Nuestro cerebro tiende a ignorar lo que va bien y a enfocarse en lo que puede ir mal. Esto tiene razones evolutivas, ya que muchos piensan que los antepasados que se dedicaron a disfrutar de los buenos momentos en lugar de prepararse para el desastre, no sobrevivieron la era de hielo”, explica. Es por ello que para superar la tendencia que tiene nuestro cerebro a enfocarse en las (posibles) catástrofes, tenemos que practicar la habilidad de pensar acerca de lo que nos salió bien, por pequeño que sea. ¡Así de simple! Y no creas que Seligman está solo en esta creencia. Un estudio realizado en University College Cork, en Irlanda, demostró que cuando les prestamos atención a los signos de más en lugar de enfocarnos en los signos de menos, elevamos nuestra sensación de bienestar general y vemos la vida como una serie de oportunidades y bendiciones. Eso precisamente fue lo que le ocurrió a Sandra, una esposa, madre y ejecutiva de 46 años, que experimentó un salto cuántico en su enfoque hacia la vida después de practicar por un tiempo este pequeño, pero poderoso, ejercicio. “Siempre me consideré una persona realista, pero por algún motivo mi mente había decidido que para ser práctica había que vivir esperando lo peor, para estar preparada y poder hacerle frente a lo que fuera. Esta actitud me tenía tensa y llena de ansiedad”, contó. Y con razón, pues Sandra vivía en un estado de eterna vigilancia. Un ataque de pánico durante una reunión de trabajo la llevó a la sala de emergencias de un hospital. Cuando los doctores descartaron cualquier causa física para sus síntomas, Sandra comenzó a mirar adentro... y a pensar diferente. “Cuando empecé a practicar el ejercicio de Las tres bendiciones, me di cuenta de que la vida está llena de momentos maravillosos que se nos escapan como agua entre los dedos, porque son cosas pequeñas y cotidianas, y no reparamos en ellas. Simplemente, no apreciamos esas bendiciones en toda su grandeza. Cuando tomamos nota de ellas y realmente las valoramos, transforman nuestra percepción. Y ya sabemos que todo es según el color del cristal con que se mira”. PEQUEÑO Y PODEROSO La fórmula para practicar el ejercicio de Las tres bendiciones creado por Seligman sólo requiere un diario, un bolígrafo y tu intención de reconocer lo positivo, por cotidiano o insignificante que parezca a simple vista. Pronto descubrirás que no hay bendiciones pequeñas. 1. CADA NOCHE, SEPARA 10 MINUTOS ANTES DE IRTE A LA CAMA. Escribe tres cosas positivas y explica por qué sucedieron. ¡No te limites a repasarlas en tu mente! Es importante que quede un récord escrito de ellas. ¿Qué hubo de bueno en tu día? Busca y encontrarás. Las tres bendiciones no tienen que ser trascendentales. Por el contrario, pueden ser cosas que, en otras ocasiones, pasas por alto, pues las das por hecho. Por ejemplo: ‘Mi esposo se acordó de comprar mi sabor de helado favorito’. Por supuesto, también pueden ser de gran importancia, como: “Mi hermana acaba de dar a luz un bebé sano”. 2. AL LADO DE CADA EVENTO POSITIVO, RESPONDE ESTA PREGUNTA: "¿POR QUÉ SUCEDIÓ ESTO?”. Si escribiste que tu esposo te llevó el helado, puedes responder: “Ocurrió porque mi esposo es muy considerado y se acuerda de las cosas que me gustan’. O incluso: “Porque lo llamé al trabajo para pedirle que pasara por el supermercado”. Si escribiste sobre el nacimiento del bebé, la respuesta puede ser: “Mi hermana se cuidó muchísimo durante su embarazo”. RECUERDA: Este es un recuento de las cosas positivas. Celébralas. Está de más decir que si empiezas a escribir, no tienes que limitarte a tres bendiciones. El estudio realizado en Irlanda sugiere que escribas todas las cosas positivas y que luego inviertas 10 minutos reflexionando sobre ellas. De acuerdo con Seligman, esto es capaz de elevar tu estado de ánimo en pocos días. ¿Lo mejor de todo? El efecto es acumulativo y aumenta con la práctica. Con el tiempo, incluso llegarás a ver las bendiciones que se ocultan detrás de los problemas. Entonces te habrás “graduado” de auténtica optimista. 3. PARA PREPARAR TU MENTE A BUSCAR LO POSITIVO, PRACTICA LAS TRES BENDICIONES DURANTE 21 DÍAS, QUE ES EL TIEMPO QUE TOMA ADQUIRIR UN HÁBITO. Si te saltas un día, comienza de nuevo desde el primero. Verás que con el tiempo te sentirás menos ansiosa y deprimida, y más agradecida. ¡Y esa sí es la más grande de las bendiciones! Como escribió el poeta del siglo XIX William Blake: ‘La gratitud es el paraíso”.

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