Mientras algunos miembros de la realeza europea conviven a diario con la atención mediática, Juan Valentín Urdangarin ha optado por un camino totalmente distinto. El hijo mayor de la infanta Cristina y de Iñaki Urdangarin ha elegido a Londres como su nuevo hogar, lugar donde ha encontrado un espacio propio para desarrollarse profesionalmente, cultivar sus valores y vivir con la discreción que siempre lo ha caracterizado.
A sus 26 años, recién cumplidos, Juan combina una carrera vinculada a la sostenibilidad, al voluntariado y todo mientras evita la exposición pública que rodea a su familia.
Un nuevo comienzo en Reino Unido
Nacido el 29 de septiembre de 1999, Juan Valentín es el primogénito de la infanta Cristina y el séptimo en la línea de sucesión al trono español. Su formación universitaria, así como el constante acoso que sufrió luego de que su padre fuera apresado por malversación de fondos, lo llevaron a Reino Unido, donde estudió Relaciones Internacionales y Economía en la Universidad de Essex; tras concluir sus estudios, decidió establecerse en Londres.
Carrera y compromiso social
Uno de los aspectos que más llaman la atención de su trayectoria es su vocación por el servicio. Antes de mudarse por completo a Londres, dedicó un tiempo al voluntariado. Durante un año colaboró con la Fundación de Kike Figaredo en Camboya, experiencia que sirvió para afinar su sentido de responsabilidad y sensibilidad social.
Además, en el terreno profesional se ha orientado hacia el sector de la movilidad eléctrica, incorporándose a Extreme E, una compañía que organiza competencias de carros eléctricos y donde ha desarrollado habilidades en logística y coordinación de eventos, proyecto que no busca solamente la innovación tecnológica, sino también un impacto positivo en comunidades desfavorecidas y en el medio ambiente.
Esta faceta lo perfila como un joven consciente de los retos de su generación y comprometido con aportar soluciones.
Una vida lejos de los reflectores
Pese a su apellido, Juan ha demostrado que se siente más cómodo viviendo bajo un perfil bajo. Su rutina en Londres está marcada por el trabajo, amistades cercanas y una discreción que evita a toda costa la sobreexposición. Es conocido que en su juventud fue víctima de acoso, llegando a vivir momentos complicados, especialmente después de lo ocurrido con su padre y el encarcelamiento de este. Probablemente, esto influyó en su decisión de mantener la privacidad como un valor central en su vida adulta.
Con paso firme, pero silencioso, Juan Valentín ha construido en Londres una vida que no solo refleja independencia, sino también compromiso y discreción. A pesar de que por sus venas corre sangre real, ha preferido mantenerse lejos de los escenarios mediáticos para encontrar su lugar en causas sociales y profesionales. Todo esto con 26 años, recién cumplidos.