La noche del 22 de septiembre, la princesa Charlène de Mónaco se presentó en la gala del Balón de Oro 2025 en París, Francia, sustituyendo al príncipe Alberto, quien año con año acude a esta importante ceremonia que reconoce al mejor jugador y jugadora del torneo deportivo.
Durante su participación, Charlène se encargó de otorgar el Premio Sócrates, el cual reconoce a los futbolistas que usan su influencia para inspirar cambios positivos en la sociedad e influenciar a las nuevas generaciones.
Al evento, la princesa asistió con un look que no pasó desapercibido: un vestido blanco largo con escote joya e impecable, diseño de la firma libanesa Elie Saab, ideal para resaltar su silueta y reafirmar su lugar como uno de los referentes de elegancia de la realeza europea.
El poder del vestido blanco
A los 47 años, Charlène confirma que el blanco es uno de los tonos más sofisticados para cualquier temporada, incluso en otoño. Aunque muchas veces se asocia con la primavera y el verano, este color se ha convertido en un básico de estilo atemporal gracias a su capacidad de alargar la figura, gracias a su tono luminoso; a proyectar frescura y elegancia sin necesidad de recurrir a complementarlo con accesorios muy cargados; y a adaptarse a cualquier evento, es decir, desde galas formales como la entrega del premio al mejor futbolista hasta ceremonias más íntimas o casuales.
Un look de realeza moderna
El vestido que lució Charlène se distinguió por su corte limpio y minimalista, con líneas que definieron de forma discreta y elegante. La elección del color blanco en compañía de un maquillaje natural y un peinado pulido como el chongo elegante con flequillo lateral reafirmó la imagen de sofisticación y sobriedad que ha caracterizado su estilo en los últimos años.
Cuando la princesa monegasca opta por atuendos como este, nos demuestra que, más que apartarse de las tendencias, Charlène apuesta por lo clásico, integrándolo a su personalidad para lograr looks equilibrados entre la modernidad y la elegancia.
Inspiración para cualquier edad
La elección de Charlène envía un mensaje muy claro: a cualquier edad es posible llevar vestidos que combinen comodidad, elegancia y sofisticación. El blanco se convierte en un aliado para mujeres que desean proyectar seguridad y luminosidad, especialmente en eventos donde quieren generar un impacto visual y relevancia.
Con su vestido blanco, Charlène de Mónaco no solo celebró el inicio del otoño con estilo, sino que también reafirmó su lugar como referente de moda real, haciendo una elección sencilla en apariencia, pero cargada de elegancia y sofisticación.