El pasado 21 de junio el príncipe William celebró su cumpleaños número 43 con una tierna postal junto a sus mascotas, la cual fue publicada en redes sociales. Sin embargo, esta imagen en la que se ve rodeado de sus tres cachorros esconde una decisión íntima y que ha generado controversia, según reportes de la prensa británica.
¿Qué decisión tomaron Kate Middleton y el príncipe William?
Tras esta fotografía publicada, trascendió en los medios británicos que Kate y William habrían decidido criar a uno de los cachorros que salen en la foto, los cuales son hijos de su perra Orla. En tanto que esta decisión fue tomada para enriquecer la vida familiar de sus hijos, los príncipes George, Charlotte y Louis, según indicó la reportera real Rebecca English al Daily Mail.
English explicó que criar a Orla fue “una de las razones” por las que la pareja quiso dar ese paso: no solo como una experiencia divertida para los niños, sino también porque “planean quedarse con uno de los cachorros”.
Aunque el gesto fue recibido con ternura por muchos admiradores de la Familia Real, la crítica no tardó en llegar desde voces defensoras del bienestar animal. La organización PETA expresó su descontento ante la elección de criar en lugar de adoptar. Elisa Allen, vicepresidenta de programas de la entidad, fue contundente: “El príncipe y la princesa de Gales deberían saber que los refugios aquí y en todo el mundo están llenos de cachorros que desesperadamente necesitan una segunda oportunidad en un hogar amoroso”, según lo que recoge el citado medio.
Allen incluso sugirió que los príncipes de Gales “aprendieran la lección” del rey Carlos III y la reina Camila, quienes recientemente adoptaron un perro llamado Moley del refugio Battersea Dogs and Cats Home, una decisión vista por PETA como más alineada con la problemática actual del abandono animal.
Los perros, fieles compañeros de Kate Middleton y el príncipe William
El vínculo de Kate y William con los perros no es nuevo. Orla, una cocker spaniel negra, llegó a la familia en 2020 como regalo del hermano de Kate, James Middleton, luego de que su perra Luna tuviera seis cachorros. Orla se integró al hogar poco antes del fallecimiento de Lupo, el anterior perro de la pareja, también un cocker spaniel y obsequio de James como regalo de bodas en 2011.
Desde entonces, Orla se ha convertido en una presencia constante: ha acompañado a la familia en partidos benéficos de polo, ha aparecido en retratos oficiales por el cumpleaños de Charlotte y se ha ganado su lugar como un miembro más del círculo íntimo de los Gales.
Los perros, después de todo, forman parte esencial de la tradición real británica. Desde los legendarios corgis de la reina Isabel II hasta los retratos reales del siglo XVII, los caninos son más que mascotas: son símbolos emocionales y compañeros leales de los Windsor.
Por último,la decisión de Kate y William revela el delicado equilibrio entre la vida privada de una familia que busca crear recuerdos significativos con sus hijos, y la expectativa pública que recae sobre cada uno de sus gestos. Criar a su perra Orla puede haber sido un acto de amor familiar, pero también ha puesto el foco en una conversación mayor: ¿cómo se equilibra la tradición con la responsabilidad social en tiempos de crisis de adopción animal? Una pregunta incómoda, que ni siquiera los Windsor pueden eludir.