La vida de la princesa Diana estuvo marcada por una profunda dedicación hacia William y Harry. Incluso en los momentos más turbulentos, su prioridad siempre fueron sus hijos. Ahora, nuevas revelaciones de una de sus amigas más cercanas exponen la preocupación íntima que la princesa no alcanzó a resolver antes de su trágica muerte en 1997: el daño emocional que pudo haber provocado la entrevista de “Panorama” en 1995, aquella que sacudió a la monarquía y al mundo entero. A casi tres décadas, sus palabras cobran un peso desgarrador.
El arrepentimiento que Diana confesó 10 días antes de morir
Durante un viaje de verano a Grecia en agosto de 1997, Diana compartió con su amiga Rosa Monckton un pensamiento que llevaba cargando en silencio desde hacía años. La conversación giró hacia la entrevista que concedió a la BBC en 1995, donde habló abiertamente de su matrimonio, su salud y la vida dentro de la familia real.
De acuerdo con Monckton, Diana lamentaba profundamente haber participado en aquella transmisión, no por lo que dijo, sino por cómo creía que había afectado a sus hijos, quienes entonces tenían apenas 15 y 12 años. Era una herida que seguía abierta para ella, un temor que no había logrado procesar del todo.
Ese arrepentimiento revela el estado emocional de la princesa en sus últimos días: más allá del caos mediático que la rodeaba, su gran preocupación seguían siendo Harry y William.
El engaño que Diana nunca llegó a conocer por completo
Años después de la entrevista, investigaciones oficiales revelaron que el periodista Martin Bashir obtuvo la confianza de Diana mediante tácticas manipuladoras, incluyendo documentos falsificados y afirmaciones que alimentaron sus miedos. Sin embargo, Diana murió sin saber completamente que había sido engañada de tal manera.
Monckton señala que esa manipulación la aisló aún más, pues Bashir le dijo que no podía comentar nada con nadie. Este aislamiento profundizó su vulnerabilidad y su sensación de vivir bajo amenaza constante.
El impacto en William y Harry: un hecho que aún pesa
Las consecuencias de la entrevista se extendieron por décadas y marcaron a ambos príncipes. William ha calificado el manejo de la BBC como “engañoso y devastador”, asegurando que avivó el miedo y la paranoia de su madre. Harry fue aún más contundente: “Nuestra madre perdió la vida por esto”, declaró el príncipe en algún momento.
Pese a las diferencias que han surgido entre ellos como adultos, ambos coinciden en algo: Diana fue manipulada y su sufrimiento se amplificó por factores externos que ella no alcanzó a comprender plenamente.
La inquietud que acompañó a la princesa Diana en sus últimos días, el posible daño que la entrevista de 1995 causó a William y Harry, refleja la enorme sensibilidad con la que protegía a sus hijos. Hoy, estas confesiones tardías muestran el profundo peso emocional que él cargaba en silencio, y aunque la princesa ya no está para resolver esas dudas, su legado continúa presente en la manera en que ambos príncipes honran su memoria, denunciando las injusticias que su madre enfrentó.