Dormir entre seis y ocho horas diarias es el tiempo ideal para mantener este órgano ágil y flexile
Dormir muy poco, o demasiado, puede afectar el buen funcionamiento de tu cerebro.
Pero eso no es todo: dormir menos de seis horas o más de ocho puede hacer que este órgano “envejezca” más rápidamente (hasta siete años, de acuerdo con un estudio llevado a cabo en la Universidad de Londres).
Cualquiera de los dos extremos puede acelerar el declive cognitivo, afectando el vocabulario y el poder de raciocinio. Por lo que dormir entre seis y ocho horas ininterrumpidas cada noche mantiene la “torre de control” de tu organismo joven, ágil y flexible.