Día Mundial de la Salud

Día Mundial de la Salud

La Organización Mundial de la Salud invita a hacer conciencia sobre enfermedades como la malaria o el dengue

En el marco del Día Mundial de la Salud que se celebra este lunes 7 de abril, la Organización Mundial de la Salud (OMS) dedicará esta a las enfermedades transmitidas por vectores -por lo general insectos-, patologías que representan hasta un 17% de la carga mundial por enfermedades infecciosas. El lema este 2014 es “Pequeñas picaduras, grandes amenazas”.

Mosquitos, moscas, pulgas y garrapatas pueden transmitir enfermedades que conllevan graves consecuencias. Protegerse adecuadamente contra ellos resulta fundamental para hacer frente a la amenaza de las denominadas enfermedades vectoriales.

Algunas enfermedades necesitan un vehículo para viajar de un organismo a otro. Este es el papel de los vectores, pequeños animales que transportan virus, parásitos y bacterias desde una persona o animal infectado a otro animal o a un ser humano. Esto ocurre normalmente mediante una picadura.

Según indica Sabino Puente, jefe de la Unidad de Medicina Tropical del Hospital Carlos III de Madrid (España), los mosquitos, moscas, garrapatas y pulgas son los animales que, principalmente, pueden actuar como vectores.

Las enfermedades transmitidas por vectores representan “una alta carga de morbilidad y mortalidad para las personas, sus familias y las comunidades, especialmente en los países más pobres. Causan absentismo escolar, empeoramiento de la pobreza, un impacto negativo en la productividad económica y altos costos y sobrecargas de los sistemas de salud de los países”, describe la Organización Panamericana de la Salud.

“Las enfermedades vectoriales representan un 17% de la carga mundial estimada de enfermedades infecciosas”, señala la Organización Mundial de la Salud (OMS). Precisamente son el tema central de la edición de 2014 del Día Mundial de la Salud, que se celebra cada 7 de abril para conmemorar el aniversario de la fundación del organismo en 1948.

“La malaria, el dengue, la filariasis, la enfermedad de Chagas y el virus de Chikungunya se cuentan entre las enfermedades de este tipo más frecuentes”, expresa el doctor Puente.

PALUDISMO O MALARIA
La malaria o paludismo está causada por un par·sito denominado “plasmodium” que se transmite a través de las picaduras de los mosquitos del género anopheles infectados por dicho parásito. “En el organismo humano, los parásitos se multiplican en el hígado y después infectan los glóbulos rojos”, explica la OMS.

Entre los síntomas del paludismo destacan la fiebre, las cefaleas y los vómitos que, generalmente, aparecen entre 10 y 15 días después de la picadura del mosquito.

“Si no se trata, el paludismo puede poner en peligro la vida del paciente en poco tiempo, pues altera el aporte de sangre a órganos vitales” destaca esta organización.

Un problema añadido es que en muchas zonas del mundo los parásitos se han vuelto resistentes a varios antipalúdicos.

Según estima la OMS, aproximadamente la mitad de la población mundial corre el riesgo de padecer paludismo. La mayoría de los casos y de las muertes se registran en el África subsahariana. No obstante, también se ven afectadas Asia, Latinoamérica y, en menor medida, Oriente Medio y algunas zonas de Europa. “En 2013 el paludismo estaba presente en 97 países y territories”, precisa el organismo internacional.

La OMS afirma también que esta enfermedad causó aproximadamente 627.000 muertes en 2012, la mayoría de ellas entre niños africanos.

DENGUE
El dengue es otra enfermedad vectorial destacada. Se transmite a través de la picadura de los mosquitos de la especie aedes infectados por alguno de los cuatro virus del dengue. Sus síntomas aparecen entre tres y catorce días después de la picadura, según indica la OMS.

“Se debe sospechar que una persona padece dengue cuando una fiebre elevada se acompaña de dos de algunos de estos síntomas: dolor de cabeza muy intenso, dolor detrés de los globos oculares, dolores musculares y articulares, náuseas, vómitos, agrandamiento de ganglios linfáticos o sarpullido” puntualizan los expertos de la OMS.

Asimismo, esta entidad explica que “el dengue grave es una complicación potencialmente mortal porque cursa con extravasación de plasma, acumulación de líquidos, dificultad respiratoria, hemorragias graves o fallo orgánico”.

“Los signos que advierten de esta complicación se presentan entre 3 y 7 días después de los primeros síntomas. Se acompañan de un descenso de la temperatura corporal y son los siguientes: dolor abdominal intenso, vómitos persistentes, respiración acelerada, hemorragias de las encéas, fatiga, inquietud y presencia de sangre en el vómito”, destaca.

Según datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, unos cuatrocientos millones de personas se infectan anualmente. “No hay vacunas para prevenir la infección por el virus del dengue y la medida de protección más efectiva es evitar las picaduras de los mosquitos”, aseguran.

La OMS expresa que el dengue es la enfermedad vectorial con mayor crecimiento en el mundo, pues su incidencia se ha multiplicado por treinta en los últimos cincuenta años.

En este sentido, el doctor Sabino Puente aclara que este crecimiento tan importante del dengue se debe a la proliferación de los vectores (aedes aegypti y aedes albopictus) y a los cambios climáticos que favorecen su desarrollo.

FILARIASIS
La filariasis linfática es otra enfermedad vectorial que puede acarrear graves consecuencias. Esta patología, más conocida como elefantiasis, se produce debido a la transmisión de unos parásitos denominados filarias, a través de las picaduras de ciertos mosquitos.

“Cuando un mosquito que contiene larvas en estado infectivo pica a una persona, deposita los parásitos en la piel. Desde ahé, las larvas invaden el organismo, migrando hacia los vasos linfáticos, donde se desarrollan y transforman en gusanos adultos en el sistema linfatico”, indica la OMS.

“La infección suele adquirirse en la infancia, pero las manifestaciones de la enfermedad, dolorosas y muy desfigurantes, aparecen más tarde. Mientras que los episodios agudos de filariasis causan discapacidad transitoria, la filariasis linfática produce discapacidad permanente”, aclara.

ENFERMEDAD DE CHAGAS
Por su parte, la enfermedad de Chagas puede pasar desapercibida durante años. “En muy pocos casos el Chagas agudo provoca la muerte inmediata. Sin embargo, en la fase crónica de la enfermedad, el 30% de los afectados desarrollarán lesiones cardíacas y el 10% patologías gastrointestinales irreversibles que pueden causar la muerte”, manifiestan los especialistas de Médicos Sin Fronteras.

La enfermedad de Chagas está causada por el parásito “trypanosoma cruzi”, que se transmite a través de la picadura de unos insectos denominados vinchucas.

“El Chagas también puede transmitirse por transfusiones de sangre, de madres a hijos durante el embarazo y, con menos frecuencia, a través de trasplantes de órganos o por la ingesta de alimentos contaminados”, refleja esta organización humanitaria.

“Se calcula que en el mundo hay entre siete y ocho millones de personas infectadas por el parásito, la mayoría de ellas en América Latina”, indica la OMS.

VIRUS DE CHIKUNGUNYA
América Latina, concretamente la región del Caribe, esté viviendo una expansión del virus de Chikungunya. Esta enfermedad causa fiebre y dolores severos en las articulaciones.

“Entre los síntomas también están los dolores musculares, dolores de cabeza, náuseas, fatiga y sarpullido”, afirma la Organización Panamericana de la Salud.

“La enfermedad es transmitida por los mismos mosquitos involucrados en la transmisión del dengue (aedes aegypti y edes albopictus y también comparte algunos signos clínicos con el dengue”, expone el organismo médico.

El doctor Sabino Puente señala que las enfermedades vectoriales son más frecuentes en el trópico y subtrópico. Por ello, quienes viajen a estas regiones deben ìevitar las picaduras de los vectores mediante el uso de repelentes, mosquiteras y ropas de colores claros y mangas largas”.

No obstante, los vectores pueden propagarse a otras zonas del planeta. “De hecho, ha ocurrido con el aedes albopictus que, siendo originario del sudeste de Asia, se ha extendido a África, a las Américas y a Europa”, comenta.

Además, el especialista afirma que el cambio climático puede propiciar la expansión de las enfermedades vectoriales al facilitar las lluvias y la proliferación insectos contaminadores.

Para disminuir la incidencia de estas enfermedades, el doctor Puente hace hincapié en la lucha contra los vectores.

“El aedes albopictus se extendió de Asia a América en el agua acumulada en ruedas que se exportaban en barcos, un estupendo criadero para las larvas. Así, todas las medidas para evitar la puesta de huevos en recipientes con agua, tapándolos adecuadamente, servirían para impedir la cría de larvas”, afirma.

“También pueden ser útiles los larvicidas y las fumigaciones. Pero es difícil que estas medidas sean efectivas en lugares donde se producen lluvias torrenciales”, concluye.


Relacionado