Lavar el pelo parece una tarea sencilla, pero una técnica incorrecta puede ser la causa silenciosa de la resequedad, el encrespamiento y la falta de brillo. ¿Estás segura de hacerlo bien? A continuación, 6 claves importantísimas para que tengas en cuenta.
¿Cuál es la manera correcta de lavar el pelo?
La temperatura del agua
Uno de los errores más comunes es utilizar agua demasiado caliente. Las altas temperaturas eliminan los aceites naturales (sebo) del cuero cabelludo, esenciales para mantener la hidratación de la fibra capilar. Según la Academia Americana de Dermatología, el agua tibia es la temperatura ideal para limpiar el cabello sin despojarlo de su humectación natural.
La elección del shampoo
Muchos productos contienen sulfatos agresivos, detergentes que, si bien son efectivos para eliminar la suciedad, pueden ser demasiado fuertes para ciertos tipos de cabello, especialmente aquellos secos o propensos al frizz. Investigaciones publicadas en el Journal of Cosmetic Science sugieren optar por shampoos suaves, sin sulfatos o con tensioactivos más delicados como el coco glucósido o el lauril glucósido, que limpian sin comprometer la barrera lipídica del cuero cabelludo.
La frecuencia del lavado
Lavar el cabello diariamente puede ser contraproducente para muchas personas, ya que no permite que los aceites naturales se distribuyan a lo largo del cabello, lo que lleva a la sequedad y, paradójicamente, a una mayor producción de sebo como mecanismo de defensa. Según la AsoColDerma, hacer un lavado día por medio (o 2 a 3 veces a la semana) puede reducir el riesgo de dermatitis. “No hay una regla absoluta, pero la recomendación depende de diferentes variables como el ejercicio físico con sudoración, el uso de secador y alisado, o incluso si se sufre de alguna patología en el cuero cabelludo (psoriasis, dermatitis)”, aclaran desde la Asociación dermatológica.
La forma en que se aplica el shampoo
Es fundamental masajear suavemente el cuero cabelludo con las yemas de los dedos, evitando friccionar el largo del pelo, que es más propenso al daño. Este masaje estimula la circulación sanguínea y ayuda a eliminar la suciedad acumulada en la raíz. Un estudio publicado en el International Journal of Trichology destaca la importancia de un masaje suave para la salud del cuero cabelludo y el crecimiento capilar.
El uso de acondicionador después del shampoo
Como explican en la Biblioteca Nacional de Medicina (NIH, por sus siglas en inglés) los acondicionadores reducen la electricidad estática y aplanan las escamas de la cutícula sobre el tallo capilar. Esto reduce la fricción entre las fibras capilares y aumenta la reflectancia de la luz, lo que mejora el brillo y el color. “El tacto suave resultante del uso del acondicionador facilita el peinado y el desenredado tanto en seco como en mojado”, señalan. Y agregan: “Los acondicionadores sellan temporalmente las puntas abiertas y reparan la tricoptilosis”.
El enjuague minucioso
Para eliminar todos los residuos de producto, que pueden apelmazar el cabello y contribuir a la opacidad. Un enjuague con agua ligeramente más fría al final puede ayudar a cerrar la cutícula, aumentando el brillo.
En la búsqueda constante de un cabello sano, brillante y manejable, la rutina de lavado se erige como un pilar fundamental. Sin embargo, lo que a menudo consideramos un acto mecánico y sencillo, puede estar realizándose de forma incorrecta, contribuyendo silenciosamente a problemas comunes como la resequedad y el encrespamiento. Por eso, sigue estos 6 pasos que te dimos y disfruta de una melena envidiable.