El bob es uno de los cortes más pedidos en salones de belleza. ¿La razón? Es versátil, estiliza el rostro, rejuvenece y funciona en casi todos los tipos de cabello. Pero aunque parece sencillo, no todos los bobs son iguales y no siempre quedan como esperamos. De hecho, muchas mujeres salen del salón sintiendo que el corte no les favorece, simplemente porque no lo pidieron con la información adecuada.
Aquí te contamos cuáles son los errores más comunes al pedir un corte bob y cómo evitarlos, para que salgas feliz del salón y con el look que realmente querías.
Cómo lograr que el corte te quede justo como lo imaginas
No saber qué tipo de bob quieres. Hay muchas versiones de bob: blunt, long bob, bob en capas, asimétrico, francés, italiano, con flequillo o sin él.
El error es llegar al salón diciendo solo “quiero un bob” sin especificar el estilo. Por ello, te sugerimos llevar referencias visuales (fotos) y describe qué te gusta de ellas: la longitud, el volumen, la forma de las puntas o si lo quieres con textura.
No considerar la textura natural de tu cabello. Un bob en cabello lacio no se verá igual que en cabello ondulado o rizado.
Es muy común pedir un corte que viste en alguien con textura diferente a la tuya sin adaptarlo. La solución: consulta con tu estilista cómo se adapta ese estilo a tu tipo de cabello y qué ajustes se pueden hacer para que se acomode mejor.
Ignorar la forma de tu rostro. No todos los bobs favorecen por igual a todos los rostros. Por ello debes considerar la forma de tu cara, a veces es un error elegir un bob recto a la mandíbula si tienes rostro redondo o uno muy corto si tu cara es alargada.
Se sugiere preguntar a tu estilista qué tipo de bob armoniza mejor con tus facciones. Las capas, los largos desiguales o los flequillos pueden equilibrar visualmente tu rostro.
No hablar sobre el mantenimiento que quieres. Algunos cortes bob requieren planchado diario, productos específicos o visitas frecuentes al salón.
El error: elegir un estilo que requiere demasiado mantenimiento sin estar dispuesta a invertir ese tiempo. Por ello, sé honesta con tu estilista sobre cuánto tiempo dedicas a peinarte y qué tan práctico debe ser tu corte.
No prestar atención al largo exacto. Un centímetro puede hacer toda la diferencia en un bob.
No dejes que el estilista decida el largo sin haberlo acordado con claridad. Indica con tus dedos o con imágenes hasta dónde quieres que llegue exactamente el corte (mentón, cuello, clavícula).
Pedir un corte bob no es solo subirse a la tendencia: requiere claridad, comunicación y un poco de planificación. Conocer tu tipo de rostro, la textura de tu cabello y el estilo de vida que llevas te ayudará a elegir la mejor versión de este clásico. Y lo más importante: hablar abiertamente con tu estilista hará toda la diferencia entre un corte genérico… y uno que te haga sentir increíble.