A un risotto básico puedes agregarle una variedad de ingredientes
Un buen risotto es un plato delicioso, aunque muy sencillo y fácil de preparar. Basta con “tostar” en mantequilla los granos de arroz arborio (ideal para el risotto), incorporarle después vegetales, mariscos, hongos (setas) o carne y agregarle caldo caliente poco a poco, mientras lo cocinamos a fuego bajo y lo revolvemos con una cuchara larga de madera, hasta que se torne casi como una exquisita crema.
Lo más difícil de su cocción es precisamente revolverlo y revolverlo, pero al final, hasta un simple risotto hecho con vino y caldo de pollo o de vegetales, al que después se le agrega algo tan simple como un buen puñado de queso par- mesano rallado, termina teniendo un sabor delicioso.
En Francia, en el restaurante Le Moulin de Mougins, el chef fundador Roger Vergé (ahora el chef es Erwan Louaisil ) me sirvió una vez un risotto de hongos al que le había agregado caldo y coñac, y fue uno de los mejores que he saboreado en mi vida. ¿Mi consejo? Experimenta con varios ingredientes y crea tu propia receta.