Jennifer Lawrence llega hoy a los 33 años siendo mamá del pequeño Cy, y posicionándose como una de las mejores actrices de Hollywood. Pero su vida personal ha sufrido varios altibajos que la marcaron, y que hicieron difícil el camino para poder concebir a su hijo.
Ella y su marido, el galerista Cooke Maroney, se casaron en 2019 y desde entonces tenían claro claro que querían formar una familia. Sin embargo, su sueño de convertirse en padres tuvo que esperar más de lo planeado.
Afortunadamente, la actriz quedó embarazada y se convirtió en madre de su primer hijo en febrero del año pasado. Pero antes de llegar a este punto, tuvo que pasar por situaciones difíciles que la hicieron dudar de la maternidad.
Jennifer Lawrence tuvo dos abortos antes de ser mamá
La protagonista de Los Juegos del Hambre sufrió dos abortos espontáneos tiempo atrás de poder tener a su hijo.
El primero de ellos fue cuando a sus 20 años quedó embarazada y, si bien contó que tenía ya decidido abortarlo, antes de ello sufrió una interrupción espontánea mientras se encontraba sola, en Montreal, Canadá.
Luego, el segundo aborto se dio cuando grababa la película Don’t Look Up. La actriz volvió a perder al bebé y tuvo que someterse a un legrado para lograr extraer el tejido de su útero. En esa ocasión, Lawrence y su marido ya tenían planeado ser padres.
Las dudas de Jennifer Lawrence como mamá primeriza
Tras las difíciles experiencias del pasado, en una entrevista, la ganadora del Oscar se sinceró y dijo que tenía dudas y miedo a la maternidad, ya que temía no poder conectar con su bebé, lo cual afortunadamente no sucedió al tener a su hijo.
“La mañana después de dar a luz, sentí que toda mi vida había empezado de nuevo. Como si ahora fuera el primer día de mi vida. Me quedé mirando. Estaba tan enamorada. También me enamoré de todos los bebés del mundo”, reveló Lawrence a una revista estadounidense.
A partir de ahí, considera que “los recién nacidos son tan increíbles”, según dijo, y reconoció además que ahora ama a todos los bebés. “Escucho a un bebé llorando en un restaurante y pienso: Awwww, preciosoooo”, indicó.
Por otra parte, en una plática para Variety, dijo que desde que se convirtió en mamá ha llegado a sentirse mal y con una gran culpa. “Todos los días de ser madre, me siento horrible. Me siento culpable”, recalcó.
Además, mencionó que cuando juega con su hijo piensa en si es suficiente o no lo que hace. "¿Es esto lo que él quiere hacer? ¿Deberíamos estar afuera? Estamos afuera. ¿Qué pasa si tiene frío? ¿Qué pasa si se enferma? ¿Es esto suficiente?”, aceptó.
Aunque la maternidad llegó a ser difícil, Jennifer Lawrence aseguró que esto le ha cambiado la vida y que el corazón se le “ha estirado hasta una capacidad que desconocía”, aseveró.
