El momento en que Salvador Dalí hizo de la joyería un mundo de surrealismo

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La pintura no fue el único legado de Salvador Dalí, pues su colección de joyería —elaborada entre 1940 y 1970—, definitivamente fue parte de ello. Como cualquier artista del siglo XX, Dalí quería ver sis imágenes iconográficas en distintos medios, así que los metales y las piedras preciosas daban el ancho. Salvador Dalí creó 39 piezas de joyería que contenían rubíes, diamantes, esmeraldas y más tesoros basados en diseños que la mente humana nunca habría imaginado.

Las joyas surrealistas de Salvador Dalí

La obra artística en joyería de Dalí empezó a inicios de los cuarenta y se asoció con dos joyeros de lujo, Ertman y Alemany, con quienes colaboró para hacer colecciones inimaginables. En los cincuenta colaboró con la extravagante diseñadora Mafalda Davis —crearon un juego de cubiertos con oro y piedras preciosas, como zafiros, rubíes y cristales—.

En los sesenta llegó la colección de puros objetos hechos a base de oro y la d’Or coin collection. Para estas monedas se inspiró en el rey Luis XIV, el ‘rey sol’ y éstas estaban adornadas con su imagen. También hizo numerosas piezas de joyería para Elsa Schiaparelli.

“Mi arte abarca la física, las matemáticas, la arquitectura, la ciencia nuclear —la psiconuclear, la mística nuclear y la joyería, no sólo la pintura”, Salvador Dalí

Y así, con representaciones surrealistas en plata, oro y joyas se reafirmaron en el catálogo artístico del español. En el Teatro-Museo Dalí yace una muestra de las joyas y algunas pinturas sobre papel en las que diseñó dichas piezas. Aquí encontrarás el ojo del tiempo (1949), el corazón real (1953) o el elefante del espacio (1961). Aquí sabrás más de las joyas más emblemáticas (con información de la Fundación Gala-Salvador Dalí).

1. El ojo del tiempo (1949)

Una pieza de platino con rubíes naturales, fragmento irregular redondeado, diamantes talla baguette, talla brillante y de 0.5 a 3.5 mm de diámetro. El reloj que simula el ojo es un reloj Movado 50SP.

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2. El corazón del panal de miel (1949)

Pieza de oro amarillo de 18 quilates y oro amarillo de 13 quilates en la aguja. Diamantes de talla brillante y 1.5 a 3.0 mm de diámetro. Rubíes naturales de talla mixta (redonda y ovalada).

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3. Labios de rubí (1949)

Oro amarillo de 18 quilates con rubíes de talla mixta (redondos y ovalados), y perlas de 4 a 6 mm de diámetro.

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4. El corazón real (1953)

Probablemente una de las joyas más emblemáticas en la historia. Un sólido corazón de oro amarillo de 18 quilates con rubíes naturales; piedras pequeñas en la corona con más rubíes y zafiros, esmeraldas, aguamarinas, peridotos, granates, amatista, diamantes y perlas. El corazón al centro tenía un mecanismo a motor que lo hacía ‘latir’.

5. El elefante espacial (1961)

Obra de tipo escultórica de oro amarillo de 18 quilates con esmeraldas en talla gota, rubíes y diamantes. Sobre el elefante yace una aguamarina de cristal en bruto, retallado y pulido.

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