La trágica historia de Rosemary, la hermana mayor del clan Kennedy

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La hermana de quien fuera presidente de Estados Unidos de 1961 a 1963, John F. Kennedy, nació bajo la alta expectativa del padre del mandatario, quien aseguraba que la niña había nacido con retraso mental, el cual buscó corregir con extremos métodos psiquiátricos.

Corría el año de 1941 y Joseph Patrick Kennedy, aprovechando el auge de un nuevo tratamiento médico para pacientes psiquiátricos, sometió a Rosemary a un martirio que le impidió continuar con una vida autónoma.

La decisión tomada por el padre Kennedy fue inspirada bajo la lógica de que tras la intervención, Rosemary alcanzaría el nivel intelectual de sus hermanos y podría desenvolverse en sociedad con menos riesgo de ser juzgada y sometida por quienes quisieran aprovecharse de su leve deficiencia.

Foto: Richard Sears para el Museo y Librería Presidencial John F. Kennedy , Boston. 
Foto: Richard Sears para el Museo y Librería Presidencial John F. Kennedy , Boston.

El procedimiento extremo al que Rosemary Kennedy fue sometida

La intervención quirúrgica a la cual fue sometida Rosemary Kennedy recibe el nombre de lobotomía y se lleva a cabo a partir de la manipulación de los lóbulos cerebrales, lo cual por concepto ya es una operación riesgosa, siéndolo más en esa época cuando apenas se encontraba en las primeras fases de aplicación en humanos.

Después de la operación, realizada por el doctor Walter Freeman, la hermana mayor de los Kennedy no volvió a ser la misma, pues una falla durante el procedimiento afectó su corteza, dejándola de por vida con una edad intelectual de un niño de dos años.

Si bien, Rosemary había sido sometida a esta operación, practicada en pacientes con esquizofrenia y depresión, para evitar escándalos en la carrera política de John por la condición mental de su hermana, el fracaso del procedimiento sólo acrecentó los rumores detrás del candidato.

Aunque no fue hasta que Kennedy llegó a la presidencia, cuando su madre reveló oficialmente la condición de Rosemary.

Toda esta información fue relatada por la escritora Kate Larson en su libro Rosemary: The Hidden Kennedy Daughter, en que finalmente relata que la historia de vida de la hermana de Kennedy terminó en un escenario completamente trágico, pues tras quedar con secuelas irreversibles de la lobotomía, vivió el resto de sus días en hospitales, sin la capacidad de caminar y articular frases correctamente.

El médico que practicó la intervención no tuvo ninguna consecuencia y únicamente dejó de realizar lobotomías ante el reemplazo del método por otros procedimientos psiquiátricos menos riesgosos.

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