Multimasking: el arte de combinar mascarillas que tu piel agradecerá

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Si lo más común es tener piel mixta (con áreas grasas y otras secas), ¿por qué no normalizar los cuidados segmentados? Si las necesidades de tu cara varían de la frente, las mejillas, la nariz, la barbilla y el cuello, atiéndelas de manera puntual. Lo más común es que sea de tendencia grasa en la zona “T”, pero no siempre es así.

Lo primero que debes hacer es identificar las características de cada zona y después tratarla como es debido. Una de las tendencias de cuidados personalizados más famosa y fácil de replicar en casa es la de multimasking, que recomienda la aplicación de mascarillas faciales de manera puntual.

“Uno de los mejores beneficios de la aplicación de mascarillas múltiples es que te permite disfrutar de una experiencia similar a la de un spa en casa, sin preocuparte de si una no es adecuada para ciertas áreas de tu rostro”, explica Mercedes Santaella-Lam, especialista en contenido de Paula Begoun.

Te puedes auxiliar de una brocha para distribuir mejor el producto hasta lograr un patrón único que trate y cuide cada centímetro de tu dermis.

Usa una brocha para aplicar tus mascarillas
Usa una brocha para aplicar tus mascarillas

¿Qué mascarilla usar?

Los mejores ingredientes para tratar la piel, según su tipo, son:

Seca: Busca productos con ácido hialurónico, glicerina, pepino y aloe vera, que retienen el agua. También ayudan aceites y mantecas vegetales, vitamina E, ceramidas y urea.

Grasa: Para reducir el exceso de sebo es útil el caolín, la arcilla de bentonita, el carbón activado, así como el ácido salicílico, glicólico y láctico. Ojo, siempre hidrata al final.

Sensible: Si lo que buscas es una tersa calma, aplica mascarillas con caléndula, ácido hialurónico, agua termal, miel o avena.

Madura: Refuerza la dermis, humecta, ilumina y tonifica con antioxidantes, colágeno, niacinamidas, retinol, matcha, probióticos.

¿Cómo combinar mascarillas?

Recuerda que antes de la mascarilla debes preparar la piel. Esto lo logras limpiando y exfoliando suavemente la zona, así lograrás que los activos del tratamiento logren cumplir lo prometido.

Si vas a utilizar diferentes tratamientos en distintas partes de la cara, evita el contorno de los ojos y la boca, y no sobrepongas o mezcles fórmulas, auxíliate de una brocha de silicón o pincel plano de cerdas medianas o en abanico para conseguir una mejor distribución.

Salvo que en las instrucciones se permita o recomiende (por ejemplo, en las sleeping masks), no excedas o prolongues el tiempo de pose, así evitarás reacciones contraproducentes. Claro, todo depende de cada producto. Al final, considera que después de retirarla, cuando tu cara aún está húmeda, te conviene sellar la hidratación con una crema emoliente.

Sobre cuál es el mejor momento para aplicar una mascarilla, la mayoría de los expertos apuntan a la noche, ya que aprovecharás más sus beneficios nutritivos, al dejar que la piel transpire libremente mientras descansas.

Precaución: cuándo parar

Al primer picor o sensación de ardor, ¡retírala! Hazlo con agua tibia y continúa con un bálsamo calmante. Con excepción de las versiones efecto efervescente, ningún tratamiento debería generar cosquilleo.

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