Kate Middleton volvió a demostrar por qué es considerada un ícono de elegancia y seguridad. Durante su más reciente compromiso real en la base aérea de Coningsby, en Lincolnshire, la princesa de Gales sorprendió al descender las escaleras de un avión militar con un dominio impecable, aun portando tacones de aguja, y por su debut como Comodora Honoraria Real del Aire.
Kate Middleton, la piloto del año
A su llegada al lugar, la princesa de Gales se reunió con dos militares, los cuales la mantuvieron informada sobre las actividades que se desarrollan en la base con la finalidad de proteger el espacio aéreo británico. Después, la princesa fue guiada por un piloto para conocer de cerca al Typhoon, una aeronave de combate de última generación a la cual ¡aceptó subirse!
De la mano del instructor Geraint White, Kate contempló todos los detalles que componen el avión; por supuesto que, luego de percatarse del genuino interés de la princesa sobre el vehículo aéreo, White la invitó a probar el simulador para que experimentara en piel propia lo que es pilotear esta pieza: “Sí, me encantaría”, fue la entusiasta respuesta de la princesa antes de abordar la nave.
Un momento digno de película
Durante su momento como piloto, la princesa confesó no haber probado nunca antes algún simulador de este estilo y solo haber tenido oportunidad de probar uno utilizado para entrenamiento de pilotos de helicóptero.
Ya a bordo de la nave, Kate incluso se arriesgó a probar una acrobacia aérea, despertando la admiración de los presentes, incluido el capitán Paul O’Grady, quien reconoció que la princesa tenía un talento nato para ser piloto.
Una de las escenas más comentadas del recorrido fue su descenso de las escaleras del avión, pues la princesa lo realizó con maestría, porte y elegancia portando sus tacones de aguja.
Una revelación sobre su hijo, el príncipe Louis
En su estancia en Coningsby, Kate también aprovechó para compartir un secreto sobre su hijo menor: el príncipe Louis tiene claro que quiere ser piloto de combate cuando sea grande. “Tiene ocho años, pero mucho trabajo por delante”, reconoció Kate.
Probablemente, el pequeño Louis conseguiría inspiración del abuelo paterno de Kate, Petter Middleton, quien fue piloto de la RAF y sirvió en la Segunda Guerra Mundial, y por supuesto, su padre, el príncipe William, quien también fue piloto en la base RAF en Valley de 2010 a 2013.
Definitivamente, luego de esta visita, Kate Middleton despertó en más de uno la nostalgia de aquella película tan icónica de 1986, y aunque esta visita, más que un compromiso real, dejó ver la conexión de la familia real con la fuerza aérea británica, la princesa de Gales reafirmó una vez más la maestría, porte y elegancia que tiene de encabezar eventos como este.