Carolina de Mónaco es sinónimo de elegancia y sofisticación en todos los sentidos, convirtiéndose así en una de las royals más emblemáticas del Principado de Mónaco, del cual llegó a ser su principal representante hasta que su hermano se convirtió en el líder de los Grimaldi.
Por otro lado, sus looks y vestidos han sido calificados, en muchas ocasiones, como de los mejores en toda la realeza europea, pues su estilo es inigualable. Sin embargo, no es en lo único que ha resaltado, pues su trayectoria académica también resulta ser muy destacada, aunque poco conocida.
Cuántos idiomas habla Carolina de Mónaco
Cómo ya lo adelantábamos, la también princesa consorte de Hannover recibió una gran educación de élite, a la cual pudo acceder gracias a su acomodada familia.
Así pues, durante sus años de juventud estuvo recibiendo su educación en Mónaco mientras que en el verano decidía marcharse a Estados Unidos a campamentos, pues recordemos que su madre Grace Kelly es precisamente de este país, por lo que no es nada raro su estancia veraniega en dicha nación.
Pero su formación no termina ahí, pues gracias a ella ha logrado dominar varios idiomas, incluso habla con fluidez francés, inglés, italiano, y hasta el español y el alemán.
Por qué Carolina de Mónaco es considerada una princesa filósofa
También, la hija de Rainiero III logró superar varios obstáculos para poder ser una mujer muy culta, por ejemplo, el que su propia familia considerara que no era necesario que ella estudiara la universidad. Era su propia madre quien le decía esto, sin embargo, Carolina no hizo caso y finalmente optó por estudiar filosofía en París.
Además, es una gran aficionada a los libros y la lectura, como su hija Carlota Casiraghi, mientras que de niña se solía meter en la biblioteca del palacio para robar libros “de mayores” y leerlos de principio a fin, según cuenta ella misma.
Asimismo, esta afición por la lectura la heredó de sus abuelos, los príncipes Charlotte y Pierre de Polignac, y no de sus padres. En tanto que esta pasión, reconoció que fue reforzada por sus maestros de escuela y de universidad.
También hay que recordar que otra de sus pasiones desde niña es la danza clásica, por lo que practicó el ballet hasta el final de su adolescencia.
Por último, podemos decir que aunque recibió una educación acorde a su época —como ella misma lo calificó en una ocasión— no cabe duda que la convierten en una mujer muy preparada, así como en una princesa filósofa.