La Navidad suele asociarse con celebración, paz, armonía y cosas bellas, pero en la historia de la familia real británica, las fiestas decembrinas han estado rodeadas de curiosidades históricas, episodios inquietantes y sucesos que han llegado a poner en riesgo la celebración al grado de prohibirla.
Desde vetos políticos hasta normas que aún influyen en cómo se celebra esta fecha, la monarquía ha vivido Navidad entre sucesos que apostamos que jamás habéis escuchado. Eso tiene solución, pues nos reunimos a contarte algunos, en los que incluso hubo fantasmas involucrados.
¿Por qué casi prohíben la Navidad en la familia real británica?
Una de las prohibiciones más extremas en Reino Unido ocurrió en el siglo XVII, cuando la celebración fue literalmente “ilegal”. Tras la caída del rey Carlos I y el ascenso de Oliver Cromwell, el nuevo gobierno puritano consideró la Navidad como una festividad “decadente” y “pecaminosa”.
En 1644, el Parlamento prohibió cualquier celebración navideña y así, los villancicos, decoraciones, banquetes y hasta las obras teatrales podían ser actos que te condenaran o llevaran a la prisión.
Lejos de acatar la orden, muchos británicos convirtieron la fiesta en un acto de rebeldía silencioso y decoraron sus hogares a escondidas, festejando en secreto hasta que Carlos II restauró la monarquía en 1660.
La vez que un fantasma apareció en pleno festejo navideño
Aunque luego del suceso ocurrido con Oliver Cromwell la corona jamás volvió a prohibir nada respecto a la celebración navideña, algunas tradiciones que se fueron gestando y hoy forman parte del folklore tuvieron cierta influencia del más allá.
Para nadie es un secreto que ciertas residencias oficiales como Anmer Hall o Sandringham están rodeadas de millones de historias de fantasmas que, curiosamente y según expertos paranormales, eligen la fiesta navideña para aparecerse y no en Halloween.
En Anmer Hall, se cuenta que el espíritu de Henry Walpole ronda la propiedad desde el siglo XVI. Mientras que en Sandringham, testigos aseguran haber visto una figura espectral caminando por los pasillos durante Nochebuena.
Por supuesto que estas leyendas no han impedido que la familia real pase ahí las fiestas y disfrute de un tiempo de paz.
La estricta tradición frente al mensaje navideño
El discurso de Navidad del monarca es hoy en día una tradición anual, pero no siempre fue así ni tampoco una acción que se ejecutara con todo el gusto del mundo. El rey Jorge V detestaba hablar por radio y durante años se resistió a hacerlo. Sin embargo, la presión mediática lo llevó en 1932 a enfrentarse a su miedo. Desde entonces, el mensaje navideño se convirtió en una obligación más que una elección, con reglas claras sobre el tono, duración y contenido de este para los monarcas futuros.
La Navidad en la familia real británica ha atravesado sucesos históricos con ciertas prohibiciones, anécdotas y supersticiones que nos permiten ver el lado desconocido de una de las familias reales más seguidas en el mundo.