Gladys Deacon, la royal que sufrió adicción a la belleza y tuvo un trágico final

Las turbulentas medidas tomadas por Gladys Deacon la llevaron a vivir uno de los finales más fatídicos para quienes desarrollan una obsesión por su físico

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La legendaria apariencia de Gladys Deacon fue arruinada por ella misma

dailymail.co.uk

Gladys Marie Spencer-Churchill, mejor conocida como Gladys Deacon, llegó a obtener el título de duquesa. Sin embargo, el precio lo pagó muy caro, debido a sus comportamientos turbulentos relacionados con su físico y a su obsesiva relación amorosa con el noveno duque de Marlborough.

Nacida bajo el nombre de Gladys María Diácono, esta aristócrata llegó a ser considerada como “la mujer más bella del mundo”, durante las últimas décadas de los años 1800´s.

Según relata el biógrafo oficial de Deacon, Hugo Vickers, incluso escritores como Marcel Proust y Robert de Montesquiou llegaron a señalar el extremo atractivo que poseía la royal.

Cómo la obsesión destruyó la vida de Gladys Deacon

Desde muy joven, Gladys mostró comportamientos que presagiaban su trágico final, ya que su obsesión con la belleza física la llevó a cometer actos perturbadores.

La que fuera la musa de la época solía visitar un museo en Roma para medir la distancia entre los ojos y las narices de las estatuas griegas y de esta manera lograr conocer los parámetros exactos de los “rostros perfectos” , para posteriormente replicar las proporciones en su propia apariencia.

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Gladys Deacon nació en 1881 en París

La manera maníaca en la Deacon se miraba al espejo provocó que un día notara como “defecto” en su rostro un par de hendiduras, las cuales rellenó con parafina, trazando el principio de su desgracia.

Inyectarse esa sustancia exactamente en la depresión sobre el puente nasal fue con la intención de formar una línea recta desde la frente hasta la punta de la nariz y obtener un “perfil” perfecto, lo que llevó a Gladys a deformar su rostro, ya que al momento de la aplicación, la parafina se derritió y terminó dispersa en distintos puntos de su rostro.

Gladys Deacon logró casarse a pesar de su rostro dañado

A pesar de que su apariencia se hubiera visto deformada a partir de su obsesión por lucir perfecta, los grandes ojos de la duquesa de Marlborough conservaron su encanto y lograron conquistar al hombre con el que estuvo obsesionada por años: Charles Spencer-Churchill.

Sin embargo, las obsesiones y comportamientos extremos de Gladys continuaron y provocaron intensas peleas con su esposo, llevándola incluso a lanzar amenazas con armas durante reuniones sociales.

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La belleza de Gladys fue esculpida por artistas como Jacob Epstein

Finalmente, su obsesión temprana por la belleza y el extremo rechazo que generó hacia su cónyuge terminaron por enloquecer a la mujer y terminó internada sus últimos 15 años de vida en el hospital psiquiátrico San Andrés, en Northamptonshire, donde vivió una vida de “reclusa” completamente aislada y sin contacto humano, aunque su legado para la cultura popular dejó una gran huella.

La novela de Michelle Gable Te veré en París (2016) y el onceavo libro de la serie Kathryn Ardleigh, escrita por Robin Page y el libro Muerte en Blenheim son algunos de los productos culturales trazados bajo la inspiración de la misteriosa y perturbadora historia de Gladys Deacon, la mujer a quien la obsesión por la belleza le arruinó la vida.

Apasionada de toda intersección entre el cine, la moda, el arte, la cultura pop y cualquier ficción creada por mujeres. Me gusta encontrar nuevas formas de contar lo que ya se ha dicho.
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