El escándalo que por años rodeó al príncipe Andrés ha llegado a su punto más crítico. El rey Carlos III decidió retirarle todos los títulos y honores, una medida que no solo pone fin al uso del tratamiento de “príncipe”, sino que también lo obliga a abandonar su residencia en Windsor. La noticia ha sido celebrada por la familia de Virginia Giuffre, quien lo había acusado de abuso sexual y cuya historia se convirtió en símbolo de resistencia frente al poder y la impunidad.
¿De qué acusó Virginia Giuffre al exduque de York?
En un comunicado enviado a la BBC, la familia de Virginia expresó su alivio y orgullo tras conocer la decisión del monarca británico. “Hoy, una estadounidense ordinaria surgida de una familia estadounidense ordinaria hizo caer a un príncipe británico, con su verdad y su valentía extraordinaria”, declararon los familiares.
Virginia Giuffre, quien falleció en abril de 2025, fue una de las víctimas más visibles del caso de Jeffrey Epstein, el financiero acusado de tráfico y abuso sexual de menores. Su testimonio fue clave para exponer los vínculos del príncipe Andrés con Epstein y Ghislaine Maxwell, así como para reabrir el debate sobre la responsabilidad moral y legal de los miembros de la realeza.
Su familia recordó que Virginia nunca buscó fama, ni venganza, sino justicia. “Ella solo quería ser escuchada”, afirmaron. Su voz, plasmada en sus memorias publicadas póstumamente bajo el título “Nobody’s Girl”, terminó siendo el eco que llevó a Buckingham a tomar una de las decisiones más drásticas en la historia reciente de la monarquía.
Carlos III pone fin al título del príncipe
El Palacio de Buckingham confirmó que Carlos “inició un proceso formal para eliminar los tratamientos protocolarios, los títulos y honores del príncipe Andrés”. A partir de ahora, será conocido como Andrés Mountbatten Windsor. Además, el rey dispuso su mudanza inmediata de Royal Lodge, la mansión que el duque ocupaba desde hace más de dos décadas dentro del complejo de Windsor.
En el comunicado oficial, la casa real expresó que la decisión fue tomada “por graves errores de juicio”, dejando claro que, aunque Andrés sigue negando las acusaciones en su contra, la prioridad del monarca es respaldar a las víctimas: “Sus Majestades desean dejar en claro que su compasión y máxima simpatía permanecerán con las víctimas y sobrevivientes de cualquier forma de abuso”, añadió el Palacio en el texto.
El fin de una era y el eco de la justicia
Desde su desastrosa entrevista con la BBC en 2019, la reputación del príncipe Andrés ha estado en caída libre. A pesar de que en 2022 llegó a un acuerdo extrajudicial con Virginia por una suma millonaria, el daño a la monarquía ya estaba hecho. Los recientes correos revelados, que mostraban que mantuvo contacto con Epstein durante más tiempo del que admitió, solo reforzaron la presión pública para retirarle todos sus privilegios.
A sus 65 años de edad, el exduque de York enfrenta un futuro lejos de los deberes reales y sin el título que ostentó desde su nacimiento. Mientras tanto, la figura de Virginia se consolida como la de una mujer que, incluso tras su muerte, logró desafiar a una de las instituciones más poderosas del mundo.
El caso del príncipe Andrés marca un antes y un después en la historia de la realeza británica. Lo que comenzó como una denuncia solitaria se transformó en un movimiento que expuso los abusos detrás de los muros del poder. La familia de Virginia Giuffre, al celebrar esta decisión, no solo honró su memoria, sino también el triunfo de la verdad sobre lo que muchos consideraban estaba protegido por el privilegio.
 
    
     
 
 
 
 
 
 
