A mediados del siglo XX, en un momento histórico en el que los protocolos reales eran prácticamente inquebrantables, la hermana menor de la reina Isabel II vivió un romance que conmovió al pueblo británico y puso a prueba a los miembros de la monarquía, especialmente a la reina.
¿Quién fue Peter Townsend, el gran amor de la princesa Margarita?
Peter Townsend, fue un oficial de la Real Fuerza Aérea y un veterano condecorado de la Segunda Guerra Mundial. Luego de su servicio militar, fue asignado como caballerizo del rey Jorge VI desde 1944 hasta su fallecimiento en 1952. Esta posición fue la que lo llevó a establecer una relación muy estrecha con la familia real, tanto que mantuvo su posición durante el primer año de reinado de Isabel II.
Townsend nació en Rangún, Birmania en 1914 y como buen hijo de un coronel, Peter sabía que su destino se encontraba en las fuerzas armadas, eligiendo estudiar en Haileybury and Imperial Service College a partir de 1928 y hasta 1932. Para el siguiente año, Townsend ya se había unido de manera formal a la Real Fuerza Aérea, donde pronto recibiría el cargo de oficial piloto.
Su desempeño durante la Segunda Guerra Mundial, y su capacidad de interceptar un avión enemigo al cual derribó con éxito, lo llevaron a obtener la Cruz de Vuelo Distinguido, reconocimiento que lo ayudó a convertirse en 1940 en uno de los líderes de escuadrones más importantes durante la Batalla de Gran Bretaña, la guerra aérea contra Alemania.
En 1941 contrajo matrimonio con Cecil Rosemary Pawle con quien tendría dos hijos y de quien se divorciaría en 1952. Es en este momento en el que comenzaría una relación con la joven princesa Margarita.
Un amor que no pudo ser
El romance entre la princesa Margarita y Peter Townsend no fue una aventura efímera ni un capricho de la adolescente royal, muchos son los que afirman que esta fue una historia de amor real. Gracias a su posición como caballerizo del rey, Peter estuvo presente en muchos momentos familiares que le permitieron conocer a la perfección a la hermana menor de Isabel II con quien, a pesar de la diferencia de edad de dieciséis años que había entre ambos, entablaría una conexión que evolucionaría a un sentimiento profundo: amor.
Después del fallecimiento del rey y la ascensión de Isabel al trono como sucesora de su padre, la relación entre Margarita y Peter comenzó a ser más evidente a pesar de que trataron de mantenerlo como algo privado.
Pronto, los rumores sobre su relación comenzaron a sonar más y más fuertes. Sin embargo, para la sociedad británica de la década de los 50, así como para la monarquía, que una princesa contrajera nupcias con un hombre divorciado era algo inaceptable. La Iglesia Anglicana, de la cual la reina Isabel II era la cabeza, no aprobaba este tipo de enlaces sumando otro enemigo a la relación.
Para que ambos pudieran unir su vida en matrimonio, Peter tenía que ser un hombre viudo y la princesa debía renunciar a su puesto dentro de la línea sucesoria y con ello decirle adiós a todos los privilegios que su papel de realeza le otorgaban. A pesar de que, legalmente, existió una posibilidad de unir a Margarita con Peter en matrimonio, la presión ejercida por todos los involucrados y una resolución que jamás llegaría, llevaron a que la princesa tuviera que decirle adiós al amor de su vida.
Con el paso de los años, Peter se volvió a casar, aunque no con Margarita, quien para ese momento también ya había unido su vida con el fotógrafo Anthony Armstrong-Jones, con quien procrearía dos hijos y un matrimonio efímero.
Peter dejaría plasmadas en sus memorias que el tiempo que estivo con la princesa Margarita fue de los más felices de su vida y donde se sintió más amado.
Definitivamente, la historia de amor entre la princesa Margarita y Peter Townsend es uno de los capítulos más dolorosos de la corona. A pesar de que no terminaron juntos, su historia ha pasado a través del tiempo como símbolo de rebeldía, pues la princesa estaba dispuesta a todo con tal de ser feliz con el que fuera el gran amor de su vida.