Antes de casarse con Felipe de Borbón y convertirse en princesa de Asturias, Letizia Ortiz era periodista y es posible que difícilmente se imaginara formando parte de la Familia Real, es por ello que su historia de amor forma parte de las anécdotas más inusuales. Sin embargo, dentro del mundo de la realeza existen otras tantas narrativas románticas que resultan poco convencionales.
Según la Inteligencia Artificial, la historia de amor entre Wallis Simpson y el rey Eduardo VIII de Inglaterra es en realidad el romance real más inusual de todos los tiempos. Esta pareja se conoció en 1931 y su unión, incluso, provocó una crisis constitucional en el Reino Unido y la eventual ascensión al trono de Isabel II.
¿Quién fue Wallis Simpson?
Wallis Simpson fue una socialité estadounidense que intentó integrarse a la realeza pese a haber estado casada previamente con Earl Winfield Spencer Jr. y con Ernest Aldrich Simpson.
La boda de Wallis con Eduardo VIII del Reino Unido provocó una crisis constitucional que condujo a que Eduardo se viera forzado a abdicar del trono británico en 1936.
Se dice que Eduardo, príncipe de Gales, estaba muy enamorado de Wallis, como el príncipe Harry de Meghan Markle. Se cuenta también que él encontraba atractivo el caracter dominante de ella y su abrasiva irreverencia.
Wallis no tuvo el mejor recibimiento por parte de la Familia Real al comprometerse con Eduardo VIII, ya que los divorciados en general eran excluidos de la Corte Real.
Cabe destacar que el caso de Wallis Simpson y Eduardo VIII sentó un precedente para que Meghan Markle y el príncipe Harry pudieran casarse, ya que, como gobernador supremo de la iglesia de Inglaterra, Eduardo impuso una reforma que permitió que las personas divorciadas volvieran a casarse. Anteriormente, la iglesia de Inglaterra no permitía que volvieran a casarse las personas divorciadas cuyo excónyuge siguiera vivo.
¿Cómo se conocieron Wallis Simpson y Eduardo VIII?
De acuerdo con fuentes como el Daily Mail y la Enciclopedia Británica, Wallis Simpson y Eduardo VIII se conocieron en 1931, durante una cena en casa de Lady Furness, una socialité norteamericana muy cercana a la Familia Real y quien se dice que en ese momento era la amante oficial del entonces príncipe de Gales.
Posteriormente, tras encontrarse en varios eventos de la élite, en 1934, Wallis se convirtió en la amante del príncipe Eduardo, exactamente en un periodo en el que Lady Furness se encontraba ausente en Nueva York.
Dos años más tarde, después de la muerte de Jorge V y el ascenso al trono de Eduardo VIII, Wallis se divorció de su segundo marido y Eduardo le propuso matrimonio, dando así origen a una de las historias de amor más polémicas de la realeza.