Una pregunta inevitable ha estado rondando por la mente de la prensa británica desde el viernes pasado: ¿qué será de Sarah Ferguson a partir de ahora? La exduquesa de York ha atravesado momentos mediáticos complejos; sin embargo, este podría ser uno de los más determinantes de su vida. La orden del rey Carlos de retirar a su hermano Andrés de Royal Lodge, residencia donde Sara también vivía con él desde 2008, la coloca en un escenario inédito, marcado por la incertidumbre económica y por la posibilidad concreta de que deba rehacer su vida desde cero.
El capítulo final luego del caso Epstein
El último movimiento institucional que realizó el rey Carlos no viene de la nada. Para entender el contexto, hay que mirar el pasado reciente: desde el escándalo de Jeffrey Epstein, el príncipe Andrés fue perdiendo todos sus roles públicos, patronazgos y sus posiciones militares. Y aunque desde 2022 él ya no ejercía funciones oficiales, ahora la decisión del rey, respaldada por el parlamento, clausura de forma definitiva su último vínculo institucional. Esto arrastra inevitablemente a Sarah, quien quedó asociada en el mismo universo mediático y reputacional. Recordemos que, de acuerdo con reportes británicos, hace unas semanas correos fueron filtrados donde se apreciaba que la exduquesa mantenía también un vínculo con el criminal.
¿Cómo son sus últimos días en Royal Lodge?
De acuerdo con reportes de “Mirror”, tanto Sara como Andrés han pasado los últimos días recluidos en la mansión Royal Lodge esperando el inevitable desalojo mientras reciben paquetes de Amazon de forma regular.
Fuentes cercanas han compartido con el medio “Daily Mail” que “Sarah no deja de culparse constantemente”. No deja de repetirse: ‘¿Y si no hubiera hecho esto o aquello?’. Es un desastre, tanto en lo profesional como en lo personal; ni siquiera ella ve la manera de recuperarse”.
Y es que recordemos que el escándalo afectó directamente su profesión, pues muchas asociaciones benéficas y marcas con las que trabajaba cerraron en automático sus contratos y contacto con ella.
¿Qué pasará con Sarah Ferguson?
Sara vivió en Royal Lodge incluso después del divorcio, en un acuerdo que en su momento a muchos les resultó polémico, pues era la primera vez que una expareja real mantenía una amistad de este calibre luego de su separación. Sin embargo, ahora, tras la orden de desalojar la propiedad, surge un dilema tangible: ¿dónde vivirá?
Diversos medios ingleses calculan que su patrimonio, que ronda las 752.000 libras esterlinas, no le alcanzaría para vivir en Windsor con la vida a la que estaba acostumbrada, y hay quienes incluso señalan que existe una gran posibilidad de que Sarah se traslade al extranjero.
Recientemente se reportó que la publicación de su nuevo libro infantil, el cual tenía previsto salir para el próximo 9 de octubre, se retrasó, y se espera que esté disponible al público a partir del 28 de noviembre. Invitaciones importantes también se pausaron, y en medio de todo esto las miradas están fijas en la relación con sus hijas, las princesas Beatriz y Eugenia, quienes mantendrán sus títulos y estatus porque son princesas de sangre, pero de quienes se especula han decidido tomar cierta distancia del escándalo de sus padres.
Sin ninguna certeza patrimonial, sino una agenda pública y sin una ruta profesional visible, Sarah Ferguson enfrenta un punto suspensivo histórico en su vida. Su futuro está en pausa mientras que el entorno institucional se redefine sin ella.