Luego de presentar a sus gemelos en enero, la princesa no había hecho apariciones públicas
Fue hace dos semanas cuando se realizó el Baile de la Rosa y la ausencia de Charlene de Mónaco fue de lo más comentado, así que nuevamente se reavivaron los rumores de una crisis conyugal con el príncipe Alberto. Según publicaron algunos medios, el hecho de que la princesa no asistiera fue porque se quedó en casa para cuidar de sus gemelos, de cuatro meses, en especial de Gabriella, quien tenía gripe.
Luego se dio a conocer que aparentemente Charlene se había mudado, con sus hijos, a una casa en Roc Angel, una urbanización ente Niza y Mónaco, y que Alberto no los había acompañado. Días después se dijo que se trataba de una mudanza momentánea porque estaban acondicionando una parte del palacio monaguesco y no quería que sus hijos estuvieran incómodos; además una revista publicó unas fotografías de Alberto llegado a visitar a su familia a dicha casa, lo que disipó los rumores de crisis entre ellos.
Y fue en días pasados, el Viernes Santo cuando vimos a Charlene participar, con el príncipe Alberto de Mónaco, en la procesión de la Cofradía de los Penitentes de la Misericordia.
Desde el balcón del Palacio del Príncipe de Mónaco, la pareja real, vestida de negro, observó el evento anual del principado.
Dos días más tarde, el Domingo de Resurrección, la pareja asistió a la misa de Pascua, un oficio religioso, mismo cuando hace cuatro años, la princesa recibió el sacramento del bautismo, en abril de 2011, tres meses antes de su boda. Recordemos que la sudafricana se crió en el protestantismo.
Esta martes, Charlene también asistió con su familia política a otro acto público, también de corte religioso. Con motivo del décimo aniversario de la muerte del príncipe Rainiero, Alberto y Charlène (ambos de riguroso negro y ella con velo) acudieron a una misa en su honor en la catedral de Mónaco. Allí estaban también las princesas Estefanía y Carolina, así como varios nietos de Rainiero (Pierre Casiraghi, Alejandra de Hannover y Camille Gottlieb).
Durante la homilía, el arzobispo Bernard Barsi de Mónaco recordó cómo la muerte de Raniero hundió ?a su familia y al Principado en el dolor y el luto? y destacó que ?era un jefe de Estado reconocido y apreciado por todos?.
Desde que los gemelos Jaques y Gabriella fueran presentados a los monegascos desde el balcón de palacio a comienzos de enero, las apariciones públicas de Charlene se han visto reducidas, pero es que definitivamente está disfrutando de su papel como mamá.