Sarah Ferguson se separa definitivamente del príncipe Andrés: “empezará una vida independiente”, asegura fuente

Tras décadas bajo el mismo techo en Royal Lodge, la exduquesa de York comienza un nuevo capítulo lejos del príncipe Andrés y de la sombra de los escándalos que rodean a la familia real.

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Sarah dirá adiós a su hogar en Forest Lodge.

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Después de más de 30 años entre vínculos afectivos, escándalos y lealtades, Sarah Ferguson da un paso definitivo: mudarse y comenzar una vida por su cuenta. La decisión llega tras la orden del rey Carlos III de despojar al príncipe Andrés de sus últimos títulos y del arrendamiento de Royal Lodge, la residencia que compartían en Windsor Great Park. Según fuentes cercanas, “ella seguirá adelante de forma independiente”, marcando el final de una convivencia que, aunque fuera del matrimonio, simbolizaba una de las uniones más singulares de la realeza británica.

Una decisión forzada por los nuevos tiempos en la Casa Real

El anuncio del Palacio de Buckingham sobre la retirada formal de los títulos de Andrés, quien ahora deberá ser tratado como Andrés Mountbatten Windsor, con un factor decisivo para acelerar los cambios. Con la rescisión oficial de su contrato de arrendamiento, la mansión de 30 habitaciones en la que ambos vivían desde 2008 dejará de ser su hogar. Según la prensa británica, el duque pretendía negociar nuevas residencias para él y para Ferguson; sin embargo, la decisión del monarca fue firme: cada uno deberá establecerse por separado y sin fondos públicos.

Sarah Ferguson: lealtad y reinvención

Aunque la pareja llevaba divorciada desde 1996, Sarah y Andrés mantenían una estrecha relación donde no solo compartían techo, sino que también se apoyaban mutuamente, incluso en medio de los escándalos. Sin embargo, con el nuevo panorama, fuentes cercanas a Fergie indican que ha optado por independizarse: “Nunca pidió una propiedad ni provisión para sí misma”, explicó la fuente a “People”. “Simplemente quiere empezar una vida independiente”.

Royal Lodge

Royal Lodge, Windsor cerca de 1937.

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La decisión llega tras años en los que la exduquesa enfrentó críticas por su cercanía con Jeffrey Epstein, vínculo que ella misma calificó como “un error de juicio”. A pesar de los tropiezos, ha logrado construir una carrera como escritora, productora y conferencista sobre la resiliencia, una faceta que hoy en día cobra nuevos significados ante las circunstancias que está viviendo.

La despedida de Royal Lodge

Royal Lodge fue testigo de momentos familiares memorables: desde la recepción de boda de la princesa Eugenia hasta celebraciones privadas de Beatriz. Para Sarah, dejar esa casa implica cerrar uno de los capítulos más duraderos de su vida, tanto personal como institucionalmente. Sin embargo, dejar atrás este hogar también simboliza una liberación, pues esta podría ser su oportunidad de rediseñar su futuro sin el peso de los escándalos que afectaron al príncipe Andrés y, en consecuencia, a ella misma.

La salida de Sarah Ferguson de Royal Lodge marca más que una mudanza; estaría representando el inicio de una nueva etapa de independencia y reconstrucción personal.
A sus 65 años, la exduquesa parece decidida a vivir sin títulos ni protocolos, enfocándose en su bienestar y en causas sociales que siempre ha defendido. Mientras el príncipe Andrés enfrenta las consecuencias de su pasado, Sarah estaría apostando por reinventarse y forjar su propio camino lejos de la sombra de la realeza.

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