Bárbara Mori, arriesgada y sensual en Dos Lunas

Bárbara Mori

Pasaron nueve años para que la actriz volviera a la televisión. En entrevista, Bárbara cuenta por qué se alejó de ella y qué la trae de regreso

Cada capítulo de Dos lunas, la nueva serie de televisión de Bárbara Mori, empieza con Soledad, la sicóloga que ella interpreta, tratando a un paciente distinto. Hasta después te das cuenta de que ella necesita tratamiento, pues sufre de doble personalidad y no lo sabe. Luna, su otro yo, resulta ser una DJ amante de la vida nocturna, opuesta a Soledad.

La serie, que se transmite por Mundo Fox, marca el regreso de Bárbara a la pantalla chica después de un largo receso que aprovechó para hacer cine y teatro, y fundar su propia compañía productora. De hecho, la idea de Dos lunas salió de su cabeza, así que, además de la actriz que conocemos, hay otra Bárbara que va a dar mucho de qué hablar.

¿Qué te trajo de regreso a la televisión?
Mis fans me pedían que volviera y quise darles gusto. Como tenía nueve años de no hacer televisión, construí esta serie en donde hay dos personajes: la mujer sexy y mala, como les gusta verme, y el personaje profundo que quería hacer. Por eso hice una mezcla de los dos.

¿De dónde salió la idea de Dos lunas?
La idea fue mía. Hablando con mis socios creamos esta historia, que habla de la identidad del ser humano, de quiénes somos en realidad, de que cada vez que nos miramos al espejo estamos esperando encontrar a alguien más joven o más feliz, y escondemos quiénes somos en verdad. Nos amoldamos a lo que la sociedad nos va exigiendo y nos perdemos en el camino. El ser humano vive esa situación hoy, como estos dos personajes tan complejos: Soledad y Luna.

¿Qué te llevó a que la identidad fuera el tema central de tu regreso a la televisión?
Empezamos a desarrollar la historia y salió el rollo de la identidad, de quiénes somos. He pasado por muchos procesos en mi vida, de reencontrarme y volver a nacer; he hecho retiros y he luchado por curar mis heridas de la infancia y volverme un mejor ser humano todos los días. Trato de estar conectada con mi interior para no contaminarme por el mundo exterior, que muchas veces nos lleva a lugares donde no nos sentimos tan bien. Tuve una transición en mi vida en la que me detuve a preguntarme lo que realmente quería: ¿deseaba alcanzar el éxito y la fama o lo que está más allá de lo superficial? Y lo que anhelo es ser una mujer feliz con lo que soy, estar absolutamente satisfecha con lo que he logrado. Vi hacia adentro y me di cuenta de que estaba en un mundo donde queremos más, al que deseamos pertenecer y por ello buscamos cosas que no nos llevan a la felicidad. De eso habla la serie: de quiénes somos y lo que esperamos.

Por un lado haces el papel de una sicóloga y por el otro, de una DJ; pero se trata de alguien que tiene doble personalidad. ¿Investigaste al respecto?
Llevo dos años planeando este proyecto y comencé a tomar clases de DJ para interpretar a Luna desde hace año y medio. Por otro lado, desde que empezaron a girar estos personajes fuimos a terapias con diferentes sicólogos. Al principio, Soledad era una músicoterapeuta, entonces fui a terapias de música con los escritores, nos sentábamos con sicólogos para hablar del problema que tienen para abordar la doble personalidad, cuando una de ellas sabe que la otra existe, pero la persona real no, como Soledad. Queríamos saber hasta dónde llegan los límites de la realidad para meter algún juego de ficción que fuera creíble.

¿Qué es lo que te gusta más de tus personajes?
El contraste entre las dos mujeres, la dualidad de los personajes. En el mundo en que vivimos todos tenemos un yo que quiere irse de fiesta y el otro que le dice que no, porque al día siguiente tiene que trabajar. Ambos luchan entre lo que nos gustaría hacer y lo que debemos hacer. Lo que me gusta es que son personajes reales que cambian. Soledad, al inicio, es una mujer muy controlada en su papel de terapeuta. De repente la vemos descomponiéndose y termina siendo alguien completamente distinto a quien era. Hay una evolución de los personajes.

Bella, sensual y talentosa, a los 36 años la actriz afirma: “Anhelo ser feliz con lo que soy, estar absolutamente satisfecha con lo que he logrado”. Aquí, con su hijo Sergio Mayer Mori.

¿Lo más difícil de Dos lunas?
Es una serie arriesgada, oscura y muy sexual. Toda la parte de la preproducción fue muy complicada; es lo más difícil que he hecho. Estaba muy estresada porque tenía que conseguir todo, bajar los costos, esa parte que estoy obligada a hacer porque en algún punto de mi vida decidí hacer mi compañía productora para crear mis propios proyectos.

¿Qué te llevó a crear tu compañía?
Estuve dos años sin trabajar, porque no me gustaba nada de lo que me ofrecían y si no había algo que me agradara, en cinco años no iba a trabajar; por eso empecé a desarrollar mis proyectos, algo que me ha llevado a hacer los que me gustan, pero que ha sido complicado de producir.

¿Qué buscas en tus proyectos?
Son varias cosas, pero lo más importante es que los sienta cuando los lea. A veces no me llegan al corazón, no me hacen vibrar, y para mí es importante que me provoquen emoción o terror, que tengan un mensaje, un contenido, que sean un reto actoral, complicado y diferente. Me gustan las cosas arriesgadas y hay muchos proyectos que no son así.

Empezaste en la televisión, pero tenías tiempo de no trabajar en ella. Fue cuando hiciste más cine y teatro. ¿En qué te sientes más cómoda?
Cada medio tiene su magia distinta: el teatro es fascinante, porque no puedes mentir o equivocarte. El cine te da la oportuni- dad de crecer, porque te preparas durante meses para interpretar un personaje, haces una escena al día y debes buscarle todos los ángulos. Y la televisión también tiene su magia; yo empecé ahí, fue mi escuela, hice 10 telenovelas antes de saltar al cine, y de alguna manera aprendes a trabajar rápido. Me quedaría con el cine, pero nunca quiero dejar de hacer teatro.

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