Harry Melling saltó a la fama muy joven como Dudley Dursley, el primo consentido, insoportable y antagonista de “Harry Potter”. Era un niño de poco más de diez años cuando interpretó ese icónico rol. Y contrario a lo que podría parecer, su carrera no se vio afectada por su interpretación, marcándolo para siempre como el “primo bully de Harry Potter”; no, el destino tenía otros planes para él, llevando al actor a tener un recorrido impresionante donde ha explorado papeles dramáticos, dejando atrás las comparaciones o el encasillamiento y consolidándose como un intérprete serio y admirado tanto en cine como en televisión y teatro.
Sus primeros pasos
Melling nació en Londres en 1989 y se crió en un ambiente familiar vinculado a las artes. Su abuelo materno fue Patrick Troughton, famoso actor británico, lo que ayudó a que desde pequeño sintiera atracción hacia el mundo de la actuación, teniendo una formación en la London Academy of Music and Dramatic Art.
Del 2001 al 2010 interpretó a Dudley en cinco películas del universo de “Harry Potter” y fue gracias a ese papel que muchos lo conocieron, aunque con el tiempo admitiría que sentía que su imagen como “bully” lo seguía, así que tomó la decisión de cambiar esa percepción de su persona y alejando para siempre al personaje que lo vio nacer.
Cambió su físico, bajando de peso, y retomó su formación actoral, optando por incursionar en el teatro y aplicando para personajes con roles secundarios para demostrar que no solo era “el chico de Harry Potter”, sino un actor en evolución.
Roles que redefinieron su perfil actoral
Pronto, Harry llegaría a interpretar papeles que exigían muchísimo; una de sus participaciones más emblemáticas fue en “The Ballad of Buster Scruggs” (2018), la cual le abrió la puerta a directores reconocidos que vieron a Melling más allá de su personaje infantil.
En 2020 participó en “The Devil All The Time” y ese mismo año dio vida a Harry Beltik en “The Queen’s Gambit”, donde mostró su lado más humano, vulnerable y también conciliador.
Otro papel memorable fue en “The Pale Blue Eye” (2022), donde encarnó a un joven Edgar Allan Poe, ofreciendo al público una interpretación intensa, dramática y oscura que reafirmó que aquel pequeño villano de la historia de los magos había quedado atrás y ya era todo un actor capaz de asumir personajes complejos.
Un actor inspirador
Si hay algo que distingue a Harry en su exitosa carrera, sin duda alguna es su habilidad para forjar su camino. Cuando reflexionó sobre cómo quería seguir actuando, Melling apostó hacia papeles complejos, personajes que no eran sencillos, sin tenerle temor a nada, incluso al rol que exija una transformación física o emocional. Esa valentía artística es, sin duda alguna, la que lo ha convertido en un actor tan buscado y apreciado por su dedicación.
Harry Melling ya no solo es “el primo bully de Harry Potter”; es un actor que ha construido su presente con talento, riesgo, esfuerzo y corazón por lo que hace. Su transformación profesional es ejemplo de que los comienzos no nos definen, sino lo que hacemos después de las oportunidades que nos pone la vida. Hoy, Harry cuenta con una carrera sólida y un futuro brillante como uno de los grandes actores británicos que dejó la saga de “el niño que vivió”.