Como una ‘grande’ competencia de ‘Wicked’, Jennifer Lopez y Diego Luna estrenan una nueva versión musical de El Beso de la Mujer Araña que ya había pasado por el Óscar del cine con Sonia Braga, Raúl Julia y William Hurt. Y siendo también los productores ejecutivos, Jennifer y Diego hablaron por Zoom a larga distancia desde Nueva York sobre una historia argentina hollywoodense que pasó por Brasil y ahora se filmó todavía más lejos, en Uruguay y Nueva Jersey.
¿El Beso de la Mujer Araña puede competir en el Oscar frente a Wicked?
“Y... yo siempre quise filmar una comedia musical para el cine. Es un sueño que tenía en mente desde hace tiempo. Y cuando leí el guion, me sorprendí por ser todo lo que yo había imaginado en mi niñez. Era lo que siempre quise hacer en mi vida: cantar, bailar, actuar y representar una estrella de cine de Hollywood. Pero es también una historia de amor, con un hermoso homenaje a lo significativo que es también el cine.”
Con una historia de película dentro de otra, en ‘El Beso de la Mujer Araña’, Jennifer Lopez interpreta a una estrella de cine llamada Ingrid Luna, que cobra vida desde una cárcel, detrás de las fantasías relatadas de un prisionero gay (Tonatiuh) a otro prisionero político. Pero entre el glamour y la música de la ficción, se encuentra otro estilo de telaraña que trata de atrapar la imposible confesión del preso político que interpreta Diego Luna. Y él también baila en la soñada imaginación de la paralela historia.
¿Hablamos de los complicados pasos de las coreografías de baile?
“Yo participé de la coreografía, porque pude decir lo que podía hacer, como saltar desde el mostrador de un bar. Yo bailo mucho en mis shows, pero nunca había bailado en teatro musical ni técnicas de jazz, como se baila en Broadway. Fue un desafío muy divertido. Era algo que yo también quería hacer desde hace mucho.”
Me encantó ver cómo Diego preguntaba: “'¿Qué vamos a hacer?’. Y yo insistí ‘Vamos a actuar, vas a actuar, como un actor’. La dedicación que puso era hermosa. Todos lo hicimos. Fue muy divertido.”
Además, el actor añadió: “Creo que todo cobró más sentido cuando llegó Jennifer... El problema lo tuve cuando yo estaba solo, porque practican baile con espejos. Y a mí no me gustan los espejos. Me parecen peligrosos. Yo quiero evitarlos a toda costa, porque estás siempre viendo lo que haces y es algo muy difícil de aceptar. Pero una vez que empecé a bailar con ella, fue diferente.”
“Para ser justos, tampoco tuvimos demasiado tiempo. El pánico tenía sentido. Éramos una producción independiente y apenas tuvimos 20 días para filmarlo todo. Y yo estuve en el estudio, diez de esos días. Era demasiado aprender toda la coreografía, incluso para un bailarín profesional. No tuvimos tanto tiempo para ensayar, ni contamos con doce meses como suelen tener otros musicales”, comentó Lopez.
¿Por qué fue prohibido El beso de la mujer araña?
La novela original del argentino Manuel Puig, durante la dictadura militar de 1976, había sido prohibida en el país durante la misma dictadura que describía. Y recién después de publicarse en inglés, se popularizó la traducción al español. La versión en cine llegó casi diez años después , transformándola en la historia de dos presos brasileños que contaban otra historia de cine (con Sonia Braga en vez de Jennifer López), con temas que reflejaban la realidad de ellos, con un homosexual apolítico y un revolucionario de izquierda, escondiendo que el prisionero gay es realmente un espía de la dictadura.
Pero la primera producción tardó en llegar a Hollywood. En un principio, Burt Lancaster iba a ser el verdadero protagonista, con la dirección del argentino Héctor Babenco. Richard Gere también iba a actuar antes de Raúl Julia. Pero todo quedó en la nada cuando hubo quienes señalaron que Burt Lancaster también era gay en la realidad. Y William Hurt terminó ocupando ese lugar, para cambiar también el lugar de la historia por Brasil en vez de Argentina. Recién ahora, El Beso de la Mujer Araña vuelve a sus orígenes de las torturas de la dictadura y presos políticos, convirtiendo la ficción de la ficción en un musical donde la estrella de cine es otra verdadera estrella de cine como Jennifer López. Pero la raíz de la historia sigue siendo la gran razón política por la cual termina en la cárcel el personaje de Diego Luna.
¿El revolucionario personaje de Diego esconde alguna inspiración en tu época de estudiante, cuando solías participar en otro estilo de protestas sociales?
“Supongo que, al haber crecido en México, significa mucho para mí haber aprendido que sea tan reciente esta historia de Latinoamérica que describe la película. Hay tantos ejemplos de dictaduras despiadadas en Latinoamérica... Y en México, en los años 90 también pasó de todo. Y 1994 fue un año muy pero muy importante por los movimientos sociales y el trabajo comunitario. Y sí, por supuesto, fue una inspiración. Pero creo que la parte más parecida a mi pasado es el teatro. Mi padre (Alejandro Luna) era escenógrafo y fue como filmar teatro. Pero es cierto, el cine puede resultar un escape, aunque también es un espejo que nos ayuda a transitar la realidad. Y para mí, esa es mi vida, básicamente”, finalizó Luna.