Richard Gere y Alejandra Silva han encontrado en su casa de Connecticut el escenario perfecto para desconectarse del mundo. Aprovechando que la ola de calor que azota a Europa ha llevado a más de uno a buscar un entorno más fresco, la pareja apostó por para los días del verano en medio de la naturaleza.
De acuerdo con medios españoles, la pareja viajó en compañía de sus dos hijos, regresando al que fue su hogar durante años antes de que, en 2024, decidieran cambiar su residencia a Madrid.
Días de calma en familia
Apostando por la simplicidad y la conexión, los Gere apostaron por disfrutar de la compañía de sus pequeños, James y Alexander, con quienes han realizado diversas actividades como un recorrido en barco hacia la costa de Stamford en compañía de los amigos de sus hijos.
Según informes, los niños jugaron en bananas acuáticas y pasaron la mayor parte del día nadando en las aguas del Océano Atlántico.
Gracias a sus publicaciones en Instagram, también nos hemos enterado de que Alejandra está pasando un tiempo de reconexión, en las instantáneas la hemos visto practicando yoga y meditación (dos de sus actividades favoritas).
La magia de Connecticut
Y es que cómo no envidiar su destino vacacional: paisajes verdes, clima agradable… el lugar perfecto para quien está buscando privacidad y conexión con la naturaleza. A pesar de que no hay información sobre la nueva residencia de la pareja, es probable que hayan apostado por llegar a un espacio similar al que solía ser su hogar, una mansión cuyo origen data de 1938 y cuya extensión cuenta con 13 hectáreas, dentro de las cuales, existe una pequeña acogedora y una residencia de 2,500 metros cuadrados. ¡La casa de nuestros sueños!
Un amor cultivado en la tranquilidad
Si algo hemos aprendido de esta pareja es que el tiempo de calidad es valiosísimo para tener una relación estable. Las vacaciones de los Gere nos demuestran la importancia de cultivar una relación en entornos de intimidad, confianza y calma, pues la suya es una de las relaciones que ha sabido navegar con el tiempo sin perder el romanticismo.
Con su verano en Connecticut, Richard Gere y Alejandra Silva nos confirman que la felicidad radica en lo sencillo: la compañía de los seres queridos, rodearse de la naturaleza y disfrutar el aquí y el ahora con el sol y las plantas como únicos testigos.