Muere Bobi, el perro más viejo del mundo a los 31 años

El perro portugués, quien cuenta con el certificado de Guinness World Record, murió a los 31 años. Descanse en paz, Bobi

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La edad de Bobi fue certificada por Guiness World Records, que este año declaró que era el perro más viejo.

Cortesía

Hay mascotas que pasan a la historia por sus travesuras o sus “gracias”, pero ésta se volvió mundialmente famosa por ser la más longeva. Considerado el perro más viejo del mundo, Bobi murió a los 31 años, acompañado por sus seres queridos, en Portugal.

La noticia del fallecimiento la publicó su veterinaria, la doctora Karen Becker, quien, a través de sus redes sociales, compartió su más sentido pésame: “Anoche, este dulce niño se ganó sus alas”.

Bobi había celebrado su cumpleaños 31 en mayo en Conqueiro Portugal. Lugar en donde residía el afamado can junto a su querido dueño, Leonel Costa. Al multitudinario festejo acudieron más de 100 invitados.

Bobi, el perro más viejo

La doctora Karen comentó: “A pesar de haber sobrevivido a todos los perros de la historia, sus 11,478 días en la tierra nunca serían suficientes para quienes lo amaban. Buena suerte, Bobi... le has enseñado al mundo todo lo que debías enseñar”.

De acuerdo a la empresa Purina, un perro vive en promedio 14 años. Pero Bobi, de la raza Rafeiro do Alentejo, cumplió tres décadas de existencia, en contra de la creencia de que las razas pequeñas son más longevas.

La noticia fue confirmada por Guinness World Record, a través de su cuenta en la red X (anteriormente Twitter), y en su sitio oficial se afirma que Bobi vivió hasta los 31 años y 165 días.

La historia de Bobi

Si llegar a los 31 años es una proeza para un perro, para Bobi, cumplir un año fue en sí un logro. Esto es lo que en el sitio de Guiness Global Records se cuenta sobre la historia del perro más viejo.

El dueño del famoso perro, Leonel, cuenta que sus padres tenían muchas mascotas, por lo que, al nacer la camada de Bobi, decidieron deshacerse de los cachorros. Sin embargo, éste se escondió. Al descubrirlo, Leonel y sus hermanos lo encubrieron y cuidaron, hasta que sus padres dieron con el pequeño perro y lo adoptaron.

Fue así como Bobi formó parte de la familia, alimentándose de comida para humanos, la cual era previamente remojada en agua, para quitarle los condimentos.

De acuerdo a Leone, el perro más viejo del mundo vivió sus 31 años de manera tranquila, fue hogareño, era amigo de los gatos y sociable con las personas. Descanse en paz, el fiel Bobi.

De niña quería ser cuentista e ilustradora, pero encontré mi vocación como storyteller de estilo de vida.
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