La Familia Real Británica se prepara para mudarse al castillo de Balmoral y disfrutar de sus anheladas vacaciones de verano, una tradición que inició cuando la reina Victoria la compró en el año de 1848.
La reina Victoria lo describió como “un querido paraíso en las Tierras Altas”, y ha sido así para muchos de sus descendientes, incluidos la reina Isabel II y el rey Carlos III; sin embargo, aunque ha sido el querido lugar de descanso de los Windsor, también ha sido testigo de las más tristes tragedias.
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¿Por qué el castillo de Balmoral une las muertes de la princesa Diana y la reina Isabel II?
El castillo de Balmoral se convierte en la residencia oficial de la Familia Real Británica durante el verano, los Windsor disfrutan de cabalgar, hacer picnic y barbacoas al aire libre y practicar senderismo; sin embargo, no todo ha sido alegría en este lugar.
En el verano de 1997, Harry y William recibieron la triste noticia de la muerte de su madre, la princesa Diana.
En su libro, ‘En la Sombra’, Harry relata cómo su padre, el rey Carlos III, se sentó al borde de su cama para explicarle que su madre había tenido un accidente de auto, y no había logrado sanar sus heridas.
Harry recuerda que él y William permanecieron en Balmoral mientras su padre viajaba a París para traer los restos de Diana al Reino Unido.
Otro de los momentos más tristes ocurrió el 8 de septiembre de 2022, cuando la reina Isabel II murió en este lugar, su hijo Carlos reveló a los medios: “ Mi difunta madre apreciaba especialmente el tiempo que pasaba en Balmoral. Fue allí, en el lugar más querido, donde eligió pasar sus últimos días”.
¿Por qué Balmoral era el castillo favorito de la reina Isabel II y el más odiado por Diana?
Antes de morir, la reina Isabel había revelado la razón por la que disfrutaba tanto pasar largas temporadas en Balmoral: “Puedes recorrer kilómetros y kilómetros sin ver a nadie, hay infinitas posibilidades”.
Además, fue en este lugar donde el príncipe Felipe le propuso matrimonio y pasó su luna de miel tras su boda; sin embargo, la princesa Diana lo odiaba, pues ella detestaba las vacaciones llenas de protocolos.
Sin lugar a dudas, este lugar de 200 mil metros cuadrados, ubicado en las Tierras Altas de Escocia, es uno de los recintos con más historia y significado de la monarquía británica.