Desde niña, Lady Di sintió un vacío que marcaría su vida para siempre: el abandono de su madre, Frances Roche, quien dejó su matrimonio con el conde John Spencer por otro amor. Un momento que no solo dejó un gran impacto en la fallecida princesa, sino que también provocó que nunca pudiera tener una buena relación con su progenitora.
La princesa Diana fue abandonada por su madre
De hecho, Diana quedó al cuidado de su padre luego de que un tribunal le otorgara la custodia a él, en parte porque la propia madre de Frances —Lady Fermoy— testificó en su contra, calificándola de ser “una madre inadecuada” por haber “desertado a sus hijos” al irse con su amante, Peter Shand Kydd, según lo que recoge el Daily Mail.
Este hecho derivó en que Diana calificara su infancia como “muy inestable”, y recuerda vívidamente el día en que su madre se marchó. “El sonido de las ruedas sobre la grava, luego… silencio”, según las memorias de la propia princesa de Gales, recopiladas por Andrew Morton en su libro Diana, Her True Story, y que recoge el citado medio.
El error de la madre de Lady Di que las separó para siempre
Durante años, madre e hija mantuvieron una relación tensa, marcada por silencios, reproches y decepciones. Pero uno de los momentos más dolorosos entre ellas ocurrió en los días previos a la boda de Lady Di y el entonces príncipe Carlos.
Diana esperaba apoyo emocional de su madre en uno de los momentos más importantes de su vida, pero se sintió totalmente desamparada ya que Frances estaba más enfocada en la presión mediática que generaba la boda. “Ella no paraba de llorar y de hacerse la valiente diciendo que no podía con la presión. Yo tendía a pensar que era yo la que estaba bajo presión porque era la novia”, según las palabras de la princesa recogidas por Morton.
De hecho, la princesa del pueblo llegó a reconocer a este biógrado que, tras su boda, duró alrededor de tres o cuatro años sin hablarle a Frances. Y si bien intentaron arreglar las cosas, a medias, se sabe que en los últimos años de vida de Diana ambas dejaron de tener contacto, por lo que Lady Di jamás logró hacer las paces con ella.
Sin embargo, a pesar de la distancia emocional, Diana nombró a su madre coejecutora de su testamento. Con lo cual, Frances fue reconocida legalmente como trustee del patrimonio de su hija tras su muerte, un rol que le permitía ser parte de las decisiones vinculadas al legado de la princesa de Gales.
Frances falleció en 2004 debido a enfermedades crónicas, pero el dolor que causó en Diana fue algo que la princesa llevó consigo hasta el final. Este lazo roto, marcado por el abandono, la decepción y la distancia emocional, moldeó el carácter de Diana, su inseguridad afectiva y su incesante búsqueda de amor y comprensión.