Una nueva noticia ha llamado la atención de la prensa mundial en torno a la familia real británica: Brimpts Estate, una de las propiedades privadas del rey Carlos III, ha sido puesta a la venta.
Ubicada en el Parque Nacional de Dartmoor, cerca del suroeste de Inglaterra, es una finca que perteneció al rey Carlos cuando aún era el príncipe de Gales. El hoy monarca la vendió en 1993 y después de 32 años, el nuevo dueño ha decidido ponerla de nuevo en el mercado.
¿Dónde se encuentra Brimpts Estate?
La residencia se ubica en la región de Darmoor en una zona protegida dentro del condado de Devon. La finca está rodeada por paisajes rurales, colinas y pastizales que la vuelven el lugar perfecto para refugiarse de la vida pública. De acuerdo con información de Luxury Property News esta propiedad cuenta con más de 4,000 metros cuadrados de área privada y la casa principal cuenta con 560 metros cuadrados entre los que se distribuyen seis dormitorios, cinco baños, y algunos salones.
Además, dentro también existen dos cabañas: Bentley y Herb, las cuales garantizan una experiencia única a los dueños, pues abre ante ellos la posibilidad de albergar invitados, familiares o personal doméstico.
Muchas de sus áreas verdes son zonas de cultivo, por lo que la propiedad también permite tener acceso al uso de tierras que hagan posible la agricultura.
¿Por qué la están vendiendo?
A pesar de que el dueño actual no ha salido a identificarse de forma pública, se ha encargado de mantener la propiedad en excelentes condiciones. Desde que se la compró al entonces príncipe de Gales, el dueño actual se encargó de hacer reformas en la fachada de la casa principal, procurando mantener su esencia natural y su diseño que, se calcula, data del siglo XIX.
A pesar de que el rey Carlos ya no es su dueño formal, aún tiene un permiso especial para poder acceder a la propiedad siempre y cuando notifique de su visita con 24 horas de antelación.
La razón por la cual se encuentra de nuevo en venta no ha sido revelada, sin embargo, para los que estén interesados en adquirirla tendrían que pagar un aproximado de 4,5 millones de libras esterlinas.
Más allá de la incursión en el mercado inmobiliario, la venta de Brimpts Estate, antigua casa del rey Carlos III, puede entenderse como una oportunidad para convivir con un entorno que además de albergar historia entre sus paredes, brinda la posibilidad de interactuar con la historia actual de la monarquía británica; es muy probable que el nuevo propietario tenga la oportunidad de tener de invitado al mismísimo rey de Reino Unido en su hogar.