La monarquía luxemburguesa vive un momento histórico. Como lo prometió en diciembre pasado, este 3 de octubre el Gran Duque Henri abdicó al trono en favor de su hijo Guillermo, dando así inicio a una nueva etapa en el país europeo. La proclamación del nuevo gran duque no solo fue un acontecimiento institucional, también se convirtió en un gran escaparate de tradición y elegancia, gracias a la presencia de varios líderes mundiales y distintas casas reales como invitados al evento.
Entre los detalles más comentados de la ceremonia de la gran cena de gala, destacaron las tiaras que portaron las princesas y herederas, piezas cargadas de simbolismo, herencia y estilo que acapararon las miradas.
Estefanía de Luxemburgo
La nueva gran duquesa Estefanía de Luxemburgo apostó por la tiara belga de pergamino. Esta tiara fue un obsequio hacia, en aquel entonces, princesa de Bélgica, la gran duquesa Josefina, en 1954, como regalo de bodas.
Amalia de Holanda
Luciendo un vestido Monique Lhuillier en color verde esmeralda y adornado con cristales, fue complementado con la tiara de diamantes de la reina Emma, una joya que data de 1890 y que fue diseñada por la casa Royal Begeer. Este fue un regalo del rey Guillermo III, que le fue otorgado a Emma cuando ya había enviudado. La pieza está hecha en oro y plata, decorada con diamantes que forman tres motivos florales con un diamante central. Esta es la primera vez que la royal apuesta por esta joya.
Elisabeth de Bélgica
La tiara de diamantes con diseño de festón fue un regalo de los reyes Felipe y Matilde de los Belgas por su mayoría de edad en 2019.
El origen de esta pieza se desconoce, pues la casa real belga solamente comunicó que era una joya antigua comprada especialmente para la princesa. Expertos en realeza creen que la casa Fabergé creó varias tiaras similares, pues entre ella y la tiara Vestey el parecido es muy similar.
Máxima de Holanda
La reina Máxima de Holanda, quien llegó haciendo compañía a su esposo Guillermo, apostó por lucir la tiara de zafiros que portó el mismo día que su esposo ascendió al trono en 2013. La pieza cuenta con una decoración de 31 zafiros de cachemira y 655 diamantes de Sudáfrica y cuya base es platino.
Matilde de Bélgica
La royal apostó por llegar al evento con la Tiara de las Nueve Provincias, una pieza histórica que perteneció a la princesa Astrid luego de su boda con Leopoldo III; si bien, cuando esta la otorgó como obsequio al pueblo belga, de ellas salían once puntas desmontables, fue modificada por órdenes de Astrid para agregar arcos de diamantes entrelazados para crear otra tiara que también puede retirarse.
Aunque la princesa Lilian, la segunda esposa de Leopoldo, nunca llegó a usar la joya completa, Fabiola de Mora y Aragón llevó la pieza íntegra el día de su boda en 1960. Esta pasó como herencia hasta Matilde, que en más de una ocasión ha apostado por ella como diadema y en esta abdicación no fue la excepción.
La proclamación de Guillermo como nuevo Gran Duque de Luxemburgo quedará en la memoria por su solemnidad y relevancia histórica, pero también por la manera en que las royals invitadas honraron la tradición a través de sus tiaras. Estas joyas, más allá de su deslumbrante belleza, reflejan el peso de la historia que acompaña a cada familia real.