Durante años, circuló el rumor de que Kate Middleton había aplicado ella misma el maquillaje que lució el día de su boda con el príncipe William en 2011, luego de haber tomado clases. Sin embargo, recientemente, la makeup artist Bobbi Brown decidió ponerle fin a ese mito.
Durante un episodio del podcast “Breaking Beauty”, la reconocida maquilladora confesó que la princesa sí utilizó sus productos, pero ella no había sido la artista detrás del maquillaje nupcial de Kate, sino la artista Hannah Martin. Luego de 14 años de especulaciones, la verdad por fin salió a la luz.
Un mito que perduró 14 años
Desde el enlace mediático de su boda, se creyó que Kate optó por un look natural hecho por ella misma, como símbolo de sencillez y autenticidad. Este rumor se mantuvo incluso en publicaciones oficiales, reconociendo y alabando su estilo nupcial. Sin embargo, Brown confirmó que, aunque su marca proveyó los productos para la realización del maquillaje, no fue ella quien se encargó de arreglar a Kate: “No lo hice yo, ojalá lo hubiera hecho”, reconoció la artista.
Con esta confesión, pone punto final al relato que se había convertido en parte de la historia de una de las bodas reales más importantes: la imagen de una novia real que se arregló por sí sola.
Los verdaderos artistas detrás del look de boda
De acuerdo con lo compartido por Bobbi, la maquilladora responsable del makeup de Kate fue Hannah Martin, quien es parte del equipo profesional de la firma.
Para el peinado, también hubo manos expertas en el proceso; su equipo de estilismo incluyó además a James Pryce y Richard Ward; ambos se encargaron de crear su icónico peinado de media coleta con la que complementó la tiara Halo de Cartier.
Sin embargo, algo que reveló Brown es que la princesa sí tuvo una participación activa en la planeación del look final, pues, en conjunto con los estilistas, Kate solicitó tener una apariencia natural, pero que no perdiera la elegancia que un evento tan importante como una boda requería.
El impacto tras la verdad
Para muchas personas esta noticia resultó impactante, pues más de uno apostaba porque Kate había decidido maquillarse a sí misma en uno de los eventos más relevantes de su vida, idealizando la idea de “la novia accesible”, una movida que probablemente la realeza utilizó como un refuerzo para que Kate tuviera una conexión más humana con el pueblo británico.
A pesar de que la revelación tomó por sorpresa, la realidad es que reforzó la imagen de Kate como una royal profesional y comprometida con el trabajo de los expertos, resaltando aún más su imagen comprensible, cercana y digna de imitar en estilo y porte.
Durante más de una década, se sostuvo la idea de que Kate Middleton había realizado su propio maquillaje nupcial como símbolo de sencillez. Sin embargo, después de la revelación de la maquillista Bobbi Brown, comprendimos que Kate confió su imagen elegante, refinada y natural a manos expertas, un hecho que no resta magia a la boda real, sino todo lo contrario.