El pasado 15 de agosto, Reino Unido conmemoraba a los soldados y civiles que dieron su vida durante uno de los períodos más oscuros de la historia de la humanidad. Durante la celebración del Día de Victoria sobre Japón (V-J Day) llamó la atención una carta secreta enviada en nombre del príncipe Harry sobre una corona de amapolas rojas como tributo a su abuelo, el príncipe Felipe.
Un homenaje a la distancia
De acuerdo con reportes de Mirror, el duque de Sussex envió una carta a su abuelo evocando el legado de servicio y disciplina que Felipe, duque de Edimburgo, mostró durante su propio recorrido militar y dejándola como ofrenda en el marco del 80 aniversario del VJ Day en el Arboretum Conmemorativo Nacional, espacio dedicado a conmemorar y a honrar a los miembros de las fuerzas armadas británicas acaecidos durante la Segunda Guerra Mundial.
El medio informa que Harry le pediría a un amigo que depositara la carta den forma discreta en el Burma Star Memorial junto con una corona de amapolas rojas. De acuerdo con testigos, este “presente” fue depositado en el lugar una vez que el rey Carlos III y su esposa, la reina Camila, abandonaran el evento. Para algunos expertos, este gesto, además, reflejó la compleja relación que el duque mantiene con la familia real británica: al estar distanciado de ella, el duque recurre a este tipo de homenajes discretos para mantenerse presente.
Harry y su recuerdo como soldado
El homenaje cobra aún más sentido cuando recordamos que Harry sirvió en el ejército durante 10 años de su vida, con dos despliegues en Afganistán. Durante este periódo el príncipe participó como piloto de helicópteros de combate orillándolo a vivir experiencias que pusieron su vida en situaciones de riesgo y marcaron su vida para siempre.
La Dra. Tessa Dunlop, experta en historia y especialista a quien consultó Mirror, la acción de Harry muestra cómo ha dejado un vacío enorme dentro de la monarquía, “Treinta y tres veteranos fueron homenajeados por el rey Carlos, quien les aseguró que jamás serían olvidados. Un día perfecto, pero sin mención de su hijo olvidado, el príncipe Harry, antaño la figura militar más eficaz de la familia real”, compartió la doctora Tessa.
En esta analogía en la que la doctora trata de demostrar la ironía del homenaje y la falta de este, simboliza a la corona de amapolas como el recordatorio del gran vacío que la figura del duque de Sussex ha dejado, quien, en sus propias palabras “era la figura adecuada para realizar esta celebración conmemorativa”.
Con esta carta, el príncipe Harry no solo rindió un tributo a su abuelo, el príncipe Felipe, sino también fue el recordatorio de que él mismo experimentó la vida militar y conoce el valor de los héroes que dieron su vida en aquel momento. Al mismo tiempo, esta noticia pone una vez más sobre la opinión pública la delicada situación del duque quien, a pesar de estar alejado de la familia real, busca una forma de estar presente.