El protocolo real y la moda tienen algo en común: ambas hablan sin palabras. Y esta noche, en la cena de estado ofrecida en el Palacio Real de Madrid, durante la visita oficial del sultán de Omán, Haitham bin Tariq al-Said, la reina Letizia envió un mensaje clarísimo. No solo eligió un vestido que ya había usado previamente en otra gala en Ámsterdam, y que se ha convertido en uno de los más celebrados en su archivo reciente, sino que también volvió a lucir una de las tiaras más simbólicas del joyero español: la tiara rusa. El resultado fue una escena de elegancia clásica que mezcló historia, poder y una lectura muy estratégica para la moda real.
La cena de gala para el sultán
Este martes 4 de noviembre, los reyes Felipe VI y Letizia presidieron la cena de estado en el Palacio Real para dar la bienvenida al sultán de Omán y su esposa, quienes se encuentran en una visita oficial de estado a España. Dentro de la agenda hubo una ceremonia militar, una recepción solemne, un encuentro bilateral y la tradicional cena de gala, donde se despliega el máximo de protocolo y etiqueta. Para Letizia, estas escenas son una de las pocas oportunidades del año donde puede utilizar la tiara, la banda y las decoraciones, y es por eso que cada elección que hace está perfectamente medida.
La Tiara Rusa: pieza histórica y la señal de máximo rango institucional
La tiara que llevó Leticia es la conocida tiara rusa, encargada a finales del siglo XIX por la reina María Cristina de Habsburgo-Lorena, segunda esposa del rey Alfonso XII. Esta tiara fue llevada por María Cristina por primera vez en 1906; al fallecer, pasó a manos de su hijo, el rey Alfonso XIII, quien a su vez la ofrecería como obsequio a su nuera, doña María de las Mercedes, luego de su boda con don Juan, futuro conde de Barcelona.
Al morir María Mercedes, el rey Juan Carlos y sus hermanas cuidaron de ella hasta que pasó a manos de la reina Sofía y posteriormente a Letizia. Esta pieza está directamente inspirada en los tocados “kokoshnik” rusos. Es una de las joyas más simbólicas del joyero real español, categorizada como “de pasar”. Su estructura de diamantes y perlas y su arquitectura rígida en el frontal transmiten un mensaje inequívoco: la presencia como figura de estado de la reina.
El vestido azul de la reina Letizia
Letizia eligió un vestido azul profundo. Con moños en las mangas de una de sus firmas favoritas, “The 2nd Skin Co.,” una pieza de mangas tres cuartos, cuello redondo y falda con vuelo extralarga, la cual cubre por completo los pies de la royal. El diseño, fluido y ligeramente tallado en el torso, destaca por el volumen calculado de la manga, con la que Letizia demostró sistemáticamente su compromiso con la moda responsable y su respeto hacia las visitas. Recordemos que esta pieza no es la primera vez que sale de su armario.
La reina Letizia volvió a demostrar por qué cada uno de sus looks de gala se lee con un discurso no verbal. Entre archivo, joyería histórica y narrativa diplomática, este look azul con tiara se inscribe ya en las líneas de los momentos más icónicos de la reina.