El príncipe Alberto de Mónaco sorprendió a la prensa internacional luego de anunciar la apertura del Palacio de Mónaco, lugar en el que el soberano reside en compañía de la princesa Charlene y su dos hijos.
Trasciende que el príncipe ha anunciado un nuevo proyecto de restauración que busca devolver la belleza original a los frescos históricos que adornan una zona del Palacio de Mónaco. Esta iniciativa se suma a los esfuerzos de la familia Grimaldi por proteger y conservar el legado cultural del principado.
Una joya arquitectónica con siglos de historia
Si bien es cierto que el patio de honor, la galería de Hércules y la Sala del Trono ha sido testigos de infinidad de eventos y momentos importantes para la familia monegasca, sus habitantes no imaginaban que en lo profundo de las paredes se encontraban vestigios de alto valor histórico.
En una reciente entrevista concedida a la revista Hello!, el soberano ha compartido su entusiasmo por preservar el principado el cual, luego del paso del tiempo ha sufrido un deterioro notable. Esto motivó a Alberto a iniciar un proyecto de restauración, principalmente en las zonas más dañadas como el Patio de Honor.
Sin embargo, conforme los trabajos realizados fueron avanzando fueron descubriéndose los secretos más profundos del palacio.
El proyecto de restauración del Palacio de Mónaco
Gracias a su ambicioso proyecto, estos espacios develaron la presencia de un tesoro que levaba años oculto. Enterrados bajo capas de pintura, los restauradores hallaron frescos renacentistas. El príncipe confirmó a la publicación que estas obras datan del siglo XVI y que su hallazgo significa una nueva, visión, estructura y registro histórico para el palacio.
Esta restauración lleva ocho años realizándose y de ella se han logrado obtener más de 600 metros cuadrados de escenas que fueron elaboradas por artistas y aprendices de Rafael y Miguel Ángel.
Aunque no se ha revelado la cifra exacta de la inversión de esta obra, expertos en restauración de piezas valúan que un proyecto como este podría escalar los 300 millones de euros, sin embargo, lo que sí ha trascendido por propia voz del príncipe es que este proyecto es una prioridad, por lo que está profundamente comprometido para que el proceso se lleve a cabo de forma sustentable con el uso de productos naturales y técnicas tradicionales que causen el menor impacto posible.
El príncipe también resaltó que su objetivo es preservar estos vestigios históricos como legado a las futuras generaciones, así como en forma de homenaje a sus padres, Raniero III de Mónaco y Grace de Mónaco.
Con esta iniciativa, el príncipe Alberto reafirma su papel como custodio del patrimonio monegasco, esta restauración no solo devolverá la belleza al palacio, también garantiza que las generaciones futuras puedan admirar el paso de la historia.