Cuando afuera la contaminación amenaza, mejor cierra las ventanas
Un estudio llevado a cabo en Alemania reveló algo sorprendente: las personas que respiran el humo que despiden los autos -lo mismo cuando viajan en su automóvil que si viven cerca de una carretera muy congestionada- están tan propensas a desarrollar endurecimiento de las arterias como aquellas que respiran el llamado “humo de segunda mano” de los fumadores.
La solución es muy sencilla: mantener cerradas las ventanas del auto y las de la casa, y usar el aire acondicionado.