Hay cortes de pelo que se ponen de moda y luego están los que se quedan para siempre en el radar. El french bob es de esos últimos por su esencia atemporal, elegante y con ese aire relajado que nos hace sentir como si acabáramos de salir de un café en París.
Pero más allá de lo lindo que se ve, es ideal porque afina los rasgos, marca los pómulos y, sí, disimula la papada como si fuera magia (pero no lo es). Por eso te contamos algunas maneras de usarlo.
1. Ondas suaves + raya al centro
La versión más romántica, ya que las ondas sueltas le dan movimiento al pelo y enmarcan la cara de una forma súper favorecedora. Si lo combinas con una raya al centro, el rostro se alarga visualmente, así conseguirás que los pómulos se marque sin que tengas que usar iluminador.
2. Liso con puntas metidas
El bob liso, con las puntas dobladas hacia el cuello, crea una especie de contorno facial que cubre justo lo que no quieres mostrar (hola, papada). Además, se ve pulido y elegante, ideal si tienes una junta en la mañana o una cena en la noche sin tiempo de cambiarte el peinado.
3. Con fleco recto, bien francés.
Si te gusta el drama (del bueno), el fleco recto le da toda la fuerza a tu mirada. Este estilo concentra la atención en la parte superior del rostro, lo que automáticamente hace que el resto se vea más fino.
4. Asimétrico y despeinado
Una versión más relajada y moderna, lleva un lado ligeramente más largo que el otro; con textura le da personalidad. Ayuda a alargar visualmente el rostro, además de romper la simetría, algo muy útil si buscas un look que estilice sin parecer demasiado estructurado.
5. Efecto mojado y despejado
Peinar el bob hacia atrás con un poco de gel crea un efecto sexy. Es como despeja el rostro; los pómulos se ven más altos y el mentón más definido.
El french bob no solo es bonito, es una elección inteligente y te hace sentir bien sin esforzarte mucho. ¡Así que ya lo sabes, dale una oportunidad a este corte que será la sensación!