¿Alguna vez has sentido que tu rutina de skincare es más larga que tu lista del súper? Con tantos sueros, tónicos, exfoliantes y pasos infinitos, es fácil caer en el exceso. Pero, ¿y si te dijera que tu piel también necesita un respiro? Justo eso propone el skin fasting, una práctica que plantea hacer una “dieta” cosmética para dejar que la piel respire, se autorregule… y, sí, en muchos casos, mejore por sí sola.
Aunque suena contraintuitivo —porque estamos acostumbradas a pensar que más productos = mejor piel—, esta tendencia propone lo contrario: reducir al mínimo tu rutina por unos días o semanas para restablecer el equilibrio natural de la piel.
Tendencia de skincare que busca darle un descanso a tu piel para que se autorregule
El término “skin fasting” (ayuno de piel) se basa en la idea de reducir o pausar temporalmente el uso de productos cosméticos, especialmente los más agresivos o irritantes, como exfoliantes químicos, retinoides, ácidos o incluso cremas densas, para que la piel pueda “reiniciarse” y regular su propia producción de grasa, hidratación y renovación celular.
Esto no significa abandonar el cuidado de la piel, sino simplificarlo al máximo por un periodo determinado —desde un par de días hasta una semana—, manteniendo solo lo esencial: limpieza suave, hidratación ligera y protector solar.
¿Para quién funciona el skin fasting?
- Sientes que tu piel está saturada, con brotes o enrojecimiento sin explicación.
- Has cambiado de productos muchas veces y tu piel no responde bien a ninguno.
- Quieres reiniciar tu rutina de forma más consciente.
- Estás en una etapa de sensibilidad o sobreexposición a tratamientos.
No se recomienda para personas que están bajo tratamiento dermatológico activo (como acné severo, rosácea o melasma), ya que ahí lo mejor es seguir las indicaciones médicas.
Al reducir el uso de productos, muchas personas reportan que su piel:
- Se siente menos reactiva.
- Presenta menos brotes o descamación.
- Recupera su brillo natural.
- Se vuelve más receptiva a los productos cuando se reincorporan.
Además, puede ayudarte a identificar qué productos realmente necesita tu piel y cuáles estaban de más.
Aunque no se trata de dejar de cuidar tu piel por completo. La clave es:
- Mantener una limpieza suave, sin sulfatos ni fragancias intensas.
- Hidratar con un producto neutro, sin activos potentes.
- Usar protector solar todos los días (este paso no se salta nunca).
- Observar cómo responde tu piel durante el proceso.
- Reintroducir productos poco a poco, con atención a cómo se sienten.
El skin fasting es un recordatorio de que la piel, como el cuerpo, también necesita pausas. En un mundo saturado de productos y promesas, a veces lo más poderoso que puedes hacer por ti misma es escuchar a tu piel y darle espacio para respirar. No se trata de abandonar el autocuidado, sino de hacerlo con más intención y menos saturación.