Versátil, elegante y con efecto lifting inmediato. Así describen los expertos al corte bob, un clásico atemporal que se ha convertido en el aliado número uno para mujeres mayores de 50 y 60 años que buscan refrescar su imagen sin perder sofisticación.
Más que un simple corte de pelo, el estilo bob es una declaración de estilo, que se puede ajustar a tu tipo de rostro para quitarte algunos años de encima.
Los mejores cortes bob para rejuvenecer después de los 50 y 60 años
El secreto está en su estructura. Al enmarcar el rostro, el bob resalta los pómulos, suaviza líneas de expresión y aporta volumen en zonas clave, especialmente en mujeres que empiezan a notar pérdida de densidad capilar.
Bob clásico a la mandíbula
Es un corte clásico que nunca pasa de moda, pero a la vez tiene un aire contemporáneo que refresca instantáneamente la imagen, sin necesidad de cambios drásticos. Al dejar el cabello justo a la altura de la mandíbula, el corte actúa como un marco que realza los pómulos y define el óvalo facial, generando un efecto visual de lifting natural.
Bob asimétrico
Se dice asimétrico porque un lado es más largo que el otro, ayudando a alargar rostros redondos o disimular una mandíbula ancha. También puede suavizar líneas de expresión o disimular la flacidez en el cuello.
Bob con capas
El bob con capas mantiene la base clásica del corte bob (altura entre el mentón y los hombros), pero incorpora capas estratégicas en distintos niveles del cabello. Las capas aportan un movimiento natural que suaviza las facciones, oculta líneas de expresión y le da vida al rostro, restando años de forma inmediata.
Bob invertido
Al dejar la nuca despejada y el frente más largo, alarga el cuello y define la mandíbula, ayudando a disimular papada o flacidez en esa zona. Es un corte que afina el rostro y proporciona un aire dinámico que resta años de apariencia.
Bob long
Es la versión más larga del bob clásico, ideal para quienes desean un cambio rejuvenecedor sin renunciar del todo al cabello largo. Al estar justo por debajo de la mandíbula o a la altura de los hombros, alarga el cuello y afina el contorno del rostro, disimulando papada y líneas de expresión.