El verano es ideal para disfrutar de los días soleados, playa, y tiempo al aire libre, pero también es una temporada en la que la piel está más expuesta a los dañinos efectos de los rayos UV. Por eso una rutina post solar adecuada puede marcar la diferencia entre una piel saludable y una que sufra los efectos del daño solar, como el envejecimiento prematuro, las manchas o la descamación.
Recuerda que protegerse del sol con protector solar es esencial, pero también lo es cuidar la piel después de la exposición al sol.
A continuación, te presentamos una rutina post solar que, según los expertos, te ayudará a mantener tu piel en óptimas condiciones y a evitar daños a largo plazo.
Cómo cuidar la piel después de asolearse
1. Refresca y limpia tu piel
Después de un día bajo el sol, es fundamental refrescar la piel para reducir la temperatura superficial y eliminar residuos como arena, cloro o sal. Los dermatólogos recomiendan tomar una ducha con agua tibia o fría, evitando el agua caliente que puede resecar aún más la piel. Utiliza un gel de ducha suave, sin fragancias fuertes. Esto ayudará a calmar la piel y a preparar el terreno para los siguientes pasos.
2. Hidrata intensamente
El sol puede deshidratar la piel, dejándola seca y tirante. La hidratación es crucial para restaurar la humedad perdida y evitar la descamación. Aplica una crema o loción after sun que contenga ingredientes calmantes como aloe vera, ácido hialurónico, glicerina o manteca de karité. Estos componentes ayudan a regenerar la piel, a mantenerla suave y flexible, y a reducir la inflamación causada por el sol.
3. Repara el daño con antioxidantes
Los expertos en cuidado de la piel sugieren incorporar productos ricos en antioxidantes en tu rutina post solar para neutralizar estos radicales libres. Busca sueros o cremas que contengan vitaminas C y E, extracto de té verde, o niacinamida. Estos ingredientes ayudan a reparar la piel, a reducir el enrojecimiento y a prevenir las manchas solares.
4. Bebe mucha agua
Después de la exposición solar, es fundamental reponer los líquidos perdidos para mantener la piel hidratada desde el interior. Bebe al menos dos litros de agua al día, también puedes optar por alimentos ricos en agua, como frutas y verduras, que además aportan vitaminas y minerales beneficiosos para la piel.
5. Evita la exfoliación agresiva
Después de la exposición al sol es mejor evitar la exfoliación, especialmente si la piel está sensible o enrojecida. La exfoliación agresiva puede irritar la piel y empeorar el daño. Si sientes que necesitas exfoliar, opta por un exfoliante suave y espera al menos un par de días después de la exposición solar para realizar este paso.
