Los 5 errores que arruinan tu manicure sin darte cuenta y cómo evitarlos

¿Tu esmalte se cae rápido? Aprende cómo solucionar fácilmente que tus manos se vean perfectas.

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Aplicar capas delgadas y dejar secar entre cada una evita burbujas y grietas.

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Nada arruina más la ilusión de un manicure que ver cómo se descarapela al día siguiente, cómo el color se opaca o cómo las uñas pierden su forma en solo unos días. Y aunque solemos culpar al esmalte o al clima, la verdad es que muchas veces el problema está en ciertos errores comunes que cometemos sin darnos cuenta.

La buena noticia es que con pequeños cambios —y sin necesidad de ser experta— puedes lograr una manicura duradera, brillante y con acabado profesional. Aquí te contamos los 5 errores más comunes.

Descuidos que hacen que tu esmalte no dure o se ve disparejo

1. No preparar bien la uña antes de esmaltar. ¿Aplicas el esmalte directo y esperas lo mejor? Ese puede ser el inicio del desastre. Si hay restos de crema, aceite o incluso polvo en la uña, el esmalte no se adhiere correctamente y se descascara en horas.

Cómo evitarlo: Limpia tus uñas con un poco de quitaesmalte sin acetona (aunque no lleves color), empuja la cutícula suavemente y asegúrate de que la superficie esté limpia y seca antes de aplicar la base.

2. Usar demasiadas capas gruesas de esmalte. La ansiedad por terminar rápido nos lleva a aplicar el color en capas gruesas, pero eso solo logra que el esmalte se haga burbujas, no seque bien o se corra al más mínimo roce.

Cómo evitarlo: Aplica siempre dos capas delgadas. Es mejor esperar un par de minutos entre capa y capa para que el secado sea más efectivo y el acabado más liso.

3. Omitir la base o el top coat. Saltarse la base hace que el esmalte se adhiera mal, manche la uña natural y dure menos. Y si no usas top coat, pierdes brillo y protección contra ralladuras.

Cómo evitarlo: Invierte en una buena base fortalecedora y un top coat de secado rápido o de larga duración. Realmente marcan la diferencia en cómo se ve y cuánto dura tu manicure.

4. Limar en vaivén. Este gesto tan común debilita la uña porque abre las capas de queratina y genera microfracturas que luego provocan que la uña se quiebre o que el esmalte se desprenda.

Cómo evitarlo: Lima siempre en una sola dirección, con movimientos suaves y constantes. Y elige limas de grano fino si tienes uñas delgadas o frágiles.

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Limpiar bien tus uñas antes de pintar es clave para un acabado duradero.

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5. No proteger tus manos después del manicure. Lavar platos sin guantes, aplicar alcohol o usar productos de limpieza sin protección puede arruinar tu manicure en cuestión de horas.

Cómo evitarlo: Usa guantes para tareas domésticas y aplica crema de manos y aceite de cutículas a diario. Tus uñas y tu piel te lo van a agradecer.

Una manicura bonita no depende solo del esmalte que uses, sino de cómo preparas, aplicas y cuidas tus uñas. Evitar estos errores comunes puede marcar la diferencia entre un manicure de salón que dura días… y uno que se arruina antes de tiempo. Porque al final, el mejor look comienza en los detalles, y unas manos bien cuidadas siempre suman puntos a tu imagen.

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