¿Te ha pasado que, aunque dormiste bien, te ves al espejo y notas el rostro apagado, los ojos más tristes o la piel sin vida? No siempre se trata del descanso: muchas veces son ciertos hábitos diarios los que, sin darte cuenta, pueden estar envejeciendo tu expresión o haciéndote lucir cansada.
La buena noticia es que la mayoría de estos hábitos tienen solución. Con pequeños ajustes en tu rutina y un poco más de atención a los detalles, puedes lograr un rostro más fresco, natural y luminoso, sin recurrir a nada extremo.
Aquí te contamos los 5 hábitos más comunes que te hacen ver más cansada y qué puedes hacer para evitarlos, según expertos en bienestar, belleza y cuidado facial.
Costumbres que apagan tu rostro sin que te des cuenta
1. No desmaquillarte bien (o saltarte el desmaquillante de ojos)
El maquillaje mal retirado —especialmente en los ojos— puede acumularse en líneas finas, resecar la piel y resaltar ojeras y párpados caídos, dando ese look de agotamiento crónico.
Evítalo así: adopta el hábito de la doble limpieza por la noche. Usa un desmaquillante bifásico o aceite para ojos y luego un limpiador suave. Tu mirada amanecerá más despejada.
2. Usar base muy pesada o del tono incorrecto
Un error muy común es aplicar maquillaje en exceso para “cubrir” signos de cansancio, lo que a veces solo los resalta más. Una base demasiado densa o del color equivocado puede hacerte ver apagada y mayor.
Opta por bases ligeras con acabado glow y usa correctores solo donde lo necesitas. Y si quieres verte más joven, prioriza la luminosidad en lugar de la cobertura total.
3. No hidratar bien la piel (ni con agua ni con productos)
La deshidratación no solo afecta tu energía: se nota en la piel al instante. Líneas marcadas, textura opaca o sensación de tirantez hacen que tu rostro luzca más cansado, incluso si estás descansada.
Te recomendamos bebe suficiente agua durante el día y no olvides aplicar una crema o suero hidratante cada mañana y noche, según tu tipo de piel.
4. Frotarte los ojos o tocarlos constantemente
Este gesto aparentemente inofensivo puede irritar la piel delicada del contorno, acentuar las ojeras y generar flacidez con el tiempo. Además, arruina el maquillaje y da una expresión de agotamiento instantáneo.
Si sientes los ojos cansados, aplica compresas frías o usa un roll-on de contorno. Y si tienes alergias, consulta un tratamiento para evitar frotarlos todo el día.
5. Dormir boca abajo o con la cara en la almohada
Sí, la forma en la que duermes también influye. Dormir con la cara presionada contra la almohada puede provocar marcas, ojeras más marcadas y desplazamiento del fluido linfático, que hace que amanezcas con ojos hinchados o rostro “abultado”.
Intenta dormir boca arriba y usa una funda de almohada de seda, que respeta más tu piel. ¡Tu cara te lo agradecerá cada mañana!
A veces no necesitas grandes cambios para verte más descansada y joven, solo eliminar esos pequeños hábitos que se cuelan en tu día a día sin darte cuenta. Al cuidar tu piel, tu postura al dormir y tu forma de maquillarte, le devuelves a tu rostro la luz y frescura que siempre ha estado ahí. Recuerda: el cansancio no siempre está en tus horas de sueño, a veces está en lo que haces o no haces.