Un gimnasio para el amor

Un gimnasio para el amor

Un experto matrimonial comparte sus secretos para poner tu relación en forma

El amor ha sido comparado con una bella y delicada flor que hay que regar todos los días para que crezca fuerte y sana. Pero ya puedes comenzar a olvidar esa romántica asociación botánica. Ahora, el sicólogo y experto en relaciones matrimoniales Mort Fertel, autor del libro Marriage Fitness y creador del programa de entrenamiento matrimonial Marriage Fitness Tele-Boot Camp, asegura que lo que realmente necesita la relación de pareja... es una intensa y tonificante sesión en el gimnasio. Y es que, de acuerdo con Fertel, igual que tus músculos, el matrimonio necesita un buen entrenamiento para mantenerse en forma. Por supuesto, el gimnasio es sicológico y en lugar de levantar pesas se trabaja con las emociones.

“La mayor parte de los consejos que las personas reciben para resolver sus problemas matrimoniales son incorrectos. Muchos son lógicos, pero no son sicológicos. En realidad no son efectivos, ya que no toman en cuenta la dinámica única que ocurre entre unos esposos que están desconectados emocionalmente”, asegura Fertel.

DE CLASE OLÍMPICA
¿Cuál es el régimen de entrenamiento de los matrimonios fuertes y duraderos? Para ellos, la relación no es una carrera de 100 metros (328 pies), sino un maratón para toda la vida. Y si esta comparación te parece poco romántica o te suena agotadora, Fertel señala que nada es más trabajoso y agotador que tratar de sobrellevar una rel - ación que, simplemente, no funciona. ¡Es la diferencia entre una persona ágil y tonificada y una sedentaria y totalmente fuera de forma!

Lo más difícil de este “gimnasio para el amor” es que algunos de los principios del programa de entrenamiento matrimonial Marriage Fitness van en contra de las creencias populares. Pero todos, asegura su creador, han sido probados con los miles de matrimonios que ha salvado a lo largo de su carrera.

TRES PRINCIPIOS BÁSICOS

1. Trabaja sola. La mayoría de las personas creen que sin la cooperación de su pareja no podrán rescatar su relación en apuros. Sin embargo, Fertel opina todo lo contrario. “No hacen falta los dos. El esfuerzo de uno de los esposos puede cambiar el rumbo de un matrimonio”, explica. Esto se debe a que muchas veces una persona desmotivada, sin ánimo para seguir trabajando para mejorar la relación, se contagia cuando ve el esfuerzo de su pareja. Entonces ocurre el milagro y comienzan a trabajar juntas para mejorar el matrimonio.

Es por eso que si has decidido trabajar en tu relación y has identificado las áreas en las que debes enfocarte -como mejorar la comunicación, escoger las batallas para no pelear por cosas insignificantes o demostrar el amor con hechos y palabras-, debes dedicarte a ello con disciplina y constancia, lo mismo que el atleta que se entrena todos los días. Por supuesto, esto no quiere decir que se deba tolerar el abuso o el maltrato físico o emocional. Y solo tú puedes determinar la calidad de los resultados.

“Sergio se había distanciado de mí emocionalmente”, cuenta Daniela, de 36 años. “Poco a poco comencé a compartir con él mis sentimientos, las cosas del día a día, pero sin reproches, sin manipulaciones ni estrategias para tratar de cambiarlo. Simplemente fui genuina y diáfana. Poco a poco, él comenzó a responder en la misma medida y volvimos a comunicarnos”.

EJERCICIO: ¿Qué le hace falta a tu relación? ¿Más romance, comunicación o cooperación? Comienza a darlo tú en la medida que quieres recibirlo. Repite las veces que sean necesarias.

2. La distancia no es como el viento. Una antigua canción dice que “la distancia es como el viento, apaga el fuego pequeño, pero enciende aquellos grandes”. Nada de eso, asegura Fertel. “Eso quizás ocurría cuando estabas en la escuela secundaria y te ibas de vacaciones en el verano. Pero en un matrimonio, particularmente en uno que está emocionalmente roto, la ausencia separa a las personas”. La solución, si desean salvar el matrimonio, no consiste en hacer las cosas cada uno por su lado.

“Eso es lo opuesto de lo que deseamos lograr”, señala Fertel. Es por eso que aunque se recomienda que cada esposo disfrute de un tiempo aparte, es vital que compartan juntos... y no solo resolviendo los problemas de la casa, sino disfrutando como pareja. “Yo tenía tiempo para todo: para llevar a los niños a sus actividades, para compartir con las amigas, para cumplir con la familia... y un día me di cuenta de que, aunque mi esposo y yo trabajábamos juntos para manejar nuestro hogar, no teníamos un tiempo aparte, para compartir como pareja. En ese mismo instante separé una noche para disfrutar a solas, como enamorados... y mi matrimonio pasó de bueno a fenomenal”, cuenta Blanca, de 42 años.

EJERCICIO: ¿Qué actividades puedes delegar, posponer o renegociar para “liberar” tiempo y compartirlo con tu pareja? Señala un día o una hora que será solo para los dos. Repite, como mínimo, una vez por semana.

3. Los hechos hablan. Casi todos los sicólogos y consejeros matrimoniales enfatizan la importancia del diálogo. Es por eso que algunas parejas intentan resolver sus diferencias hablando. Y solo hablando. Esto es como leer la receta de un pastel de chocolate y luego esperar que este se hornee solo. Sin duda, la comunicación honesta y abierta es importante como primer paso, para identificar las áreas problema. Pero una vez que se conocen, el paso siguiente -y más esencial- es crear un plan de acción y -valga la redundancia- tomar acción.

“Los matrimonios cambian porque las personas cambian su comportamiento”, dice Fertel. Por lo mismo, su consejo es: “Habla poco, haz mucho. Deja que tu comportamiento y tus hechos hablen por ti. Hacer los cambios necesarios es lo que puede salvar un matrimonio, no discutir interminablemente sobre el mismo tema”.

“Marcos y yo desmenuzábamos nuestros problemas compulsivamente y casi les hacíamos la autopsia”, cuenta Gina, de 47 años. “El problema era que nos volvimos expertos en nuestros problemas. Llegó un momento en que sabíamos exactamente qué teníamos que hacer para mejorar la relación...? pero nada cambiaba. Hasta que dejamos de hablar y empezamos a actuar. Fue increíble cómo actuar de una manera diferente logró en semanas lo que no conseguimos en años debatiendo el mismo punto”.

EJERCICIO: Determina qué cambios debes hacer para transformar tu relación y comienza a actuar desde ya. Sé específica. Esta es la lista parcial de Gina: “Cambio que debo hacer: ser más afectuosa. Acción que debo tomar: despedirlo y recibirlo con un beso”. Haz de tu amor un verbo lleno de hechos, no de palabras y, de acuerdo con el entrenador del amor Mort Fertel, comenzarás a ver los resultados.

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