Cómo revivir una suculenta podrida

como-revivir-suculenta-podrida.jpg

De todos los tipos de suculentas que hay, es posible que se pudran por diversas razones. Ya que las suculentas son plantas de desierto deben ser regadas con moderación y también requieren poca atención; pero esto no significa que no puedan pudrirse, secarse o morirse.

Por qué se pudren las suculentas y cómo luce una suculenta podrida

A pesar de ser plantas de fácil manutención, ten mucho cuidado al regar las suculentas. El riego excesivo causa que las raíces se pudran y éstas son las que deben ser tratadas inmediatamente.

Regarlas en exceso también es malo si lo haces en las hojas de la suculenta. NO debes mojar las hojas, lo correcto es poner agua solamente en la tierra totalmente seca (puedes saberlo tocándola con el dedo).

Puedes ver si tu suculenta está podrida o fue regada en exceso si la planta tiene hojas pulposas que se sienten demasiado suaves y blandas. El color de las hojas también cambia a uno translúcido y más claro.

Cómo salvar una suculenta podrida

Mientras más pronto intervengas, mucho mejor. Presta atención a los signos tempranos de que esté podrida y con riego excesivo. Una vez que detectes que está podrida, haz estos pasos.

  • Inspecciona la severidad del problema en la suculenta. Si no está demasiado podrida, habrán partes que puedes rescatar.
  • Salva cuantas hojas puedas para propagarlas (las rotas no se podrán salvar).
  • Guarda esas hojas en un lugar seco y prepara una mezcla de tierra para después colocar esas hojas sobre la tierra.
  • No coloques estas hojitas en el sol directo, solamente riégalas con una bruma de agua un par de días y cuando la tierra se sienta muy seca. Las raíces pronto crecerán y nuevas plantas emergerán.

Además de las hojas, también puedes intentar salvar el tallo podrido. Éste luce verde y café, con moho alrededor y sumamente debilitado.

  • Corta las partes podridas del tallo, incluyendo las raíces muertas. Trata de salvar cuantas partes verdes sean posibles.
  • Coloca el tallo en un lugar seco y fuera de la luz directa del sol; deja que se seque por un par de días o una semana hasta que esté completamente sellado.
  • Haz el mismo proceso como con las hojas: prepara la tierra y coloca el tallo, regándolo con una bruma de agua, sin luz directa del sol y pronto volverá a crecer sana.
Relacionado