Hoy es 19 de septiembre, un día que para muchos trae memorias, energías intensas y ese sentimiento de empezar algo nuevo o evitar que lo negativo se aparezca. Aunque no tengo poderes místicos, he aprendido cosas simples que sirven para cuidar la vibra. Acá te comparto lo que yo evito hacer para que el día fluya bien, sin malas sorpresas.
No salir sin intención
Salir de casa como si solo “algo había que hacer”, sin una meta o propósito, me parece que abre espacio para que lo inesperado te atrape. En lugar de eso, trato de tener claro qué quiero lograr ese día, aunque sea algo chiquito: terminar una tarea, conversar con alguien que me importa, sacar un rato para mí. Tener esa intención hace que los errores se sientan menos caóticos.
No decir lo que no quieres
Ojo con hablar de lo que temes. Decir “espero que nada salga mal”, “ojalá no me pase algo”, a fuerza invoca preocupaciones. He aprendido que mejor enfocar lo que deseas: “quiero que todo salga bien”, “quiero paz hoy”. Ese cambio de palabras no tiene que sentirse raro, solo consciente.
No revisar el pasado demasiado seguido
Es fácil quedarse atrapado en lo que ya pasó, recordando errores, reproches, momentos que nos lastimaron. Pero revisar mentalmente una y otra vez lo que no salió puede cargar el día de peso. Yo trato de soltar lo que no puedo cambiar, si algo me preocupa, tomar nota para aprender, pero no seguir pensando en ello como si afectara todo lo demás.
No ignorar los pequeños cuidados
Hay cosas simples que muchas veces pasamos por alto: dormir lo suficiente, comer algo nutritivo, hidratarme, aunque no me dé tiempo. Cuando esos cuidados fallan, la energía baja y es más fácil que todo moleste: un comentario, una tarea, algo se me olvida. Cuidarse a uno mismo no es vanidad, es una forma de proteger tu vibración.
No forzar relaciones ni situaciones
Si algo no se siente bien —una conversación, un plan, una invitación— forzarlo suele costar más de lo que promete. Es mejor escuchar lo que tu intuición te dice: “hoy no”, “no más de esto”, “mejor después”. A veces decir que no también es cuidar tu paz.
Probablemente nada de esto evite todos los tropezones, pero sí marca la diferencia para que tu día se sienta más ligero. Este 19 de septiembre, te invito a que te mires con cariño: evitar cosas que drenan, decir lo que quieres, cuidar tu energía. Porque muchas veces la “mala suerte” no es más que pequeños descuidos repetidos, de los que se puede aprender para caminar más liviana.
