Esta semana Katy Perry acompañó a Justin Trudeau durante su visita a Japón, y juntos protagonizaron un momento que muchos ya califican como “su primer acto político-diplomático formal”. Este giro en su historia llamó muchísimo la atención, tanto por lo inesperado como por la relevancia internacional que implica.
El debut como pareja de Katy Perry y Justin Trudeau
La parada de la pareja en Tokio coincidió con una reunión (almuerzo y cena) con el ex primer ministro japonés Fumio Kishida y su esposa. El encuentro buscó subrayar la amistad entre Canadá y Japón, retomando la relación bilateral construida durante los mandatos previos de Trudeau y Kishida.
Kishida compartió en redes una imagen del momento acompañado de un mensaje cálido, y Trudeau respondió agradeciendo la hospitalidad. Según lo que se ha publicado, él se sintió feliz de “sentarse a la mesa” con ellos, destacando la amistad y compromiso compartido hacia el orden internacional.
De la música al protocolo: un cambio de escenario
Este viaje ocurre mientras la cantante cumple con las fechas de su gira internacional The Lifetimes Tour. Precisamente, su parada en Japón forma parte del itinerario de esta gira. Pero este viaje no es solo conciertos, al compartir mesa con Kishida, Perry y Trudeau combinan los mundos del entretenimiento, relaciones personales y diplomacia. Es un recordatorio de que las fronteras entre “celebridad” y “política” pueden volverse borrosas.
¿Qué significa este encuentro para la agenda de ambos?
Para Trudeau (quien dejó su cargo recientemente) esta reunión reafirma sus lazos internacionales y su compromiso con el diálogo y las alianzas diplomáticas. Para Katy Perry, representa una ventana distinta a su imagen pública y para quienes los observamos desde la distancia, es una historia de dos personas de mundos distintos, encontrando un terreno común entre romance, arte y diplomacia.