5 joyas de la realeza que se robaron el 2025 por su esplendor y belleza

Así fueron las joyas históricas que se robaron los reflectores de reinas y princesas a lo largo del año.

El vestido negro de Hugo Boss que hace brillar a la reina Letizia

Estas fueron las joyas reales que se robaron el 2025.

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El 2025, sin lugar a dudas, nos dejó infinitos momentos de la realeza en los que princesas y reinas no solo complementaron un estilo impecable, elegante y refinado con sus accesorios, sino que también nos permitieron ser testigos de cómo estas joyas de la realeza, retomaron una vez más su esplendor en banquetes, ceremonias y celebraciones donde las monarquías permitieron ver estas piezas que albergan siglos de historia y memoria.
En este breve repaso por el año, nos dimos a la tarea de seleccionar las cinco joyas que marcaron el año, no solo por su valor material, sino también por el momento histórico en el que decidieron brillar de nuevo en estas royals.

La tiara rusa de Letizia Ortiz

La reina Letizia nos regaló uno de los momentos estilísticos más admirados de todo el año. Durante la cena de gala ofrecida en honor al sultán de Omán, Haitham bin Tarik, la cual se llevó a cabo en el Palacio Real.
Para el evento, la monarca apostó por la tiara rusa, una pieza inspirada en los tradicionales tocados kokoshnik, realizada en platino, perlas y diamantes por orden de la regente María Cristina de Habsburgo Lorena en 1886.

La tiara de zafiros de Máxima de Holanda

La reina Máxima, conocida por la exquisitez de lucir las piezas más grandes del Joyero de los Orange, decidió apostar por una pieza icónica durante la celebración de los nuevos duques de Luxemburgo.
Máxima lució la imponente tiara de zafiros Dutch Sapphire Parure, la cual fue adquirida en 1881 como un regalo a la reina Emma por parte del rey Guillermo III. La joya cuenta con una construcción de 33 zafiros de Ceylán y 655 diamantes, elaborada por Maison van der Stichel.

La tierra floral de Elisabeth de Bélgica

La princesa heredera Elisabeth de Bélgica deslumbró durante la proclamación del gran duque Guillermo de Luxemburgo luciendo su tiara floral. A diferencia de otras piezas majestuosas de otras reinas, esta diadema se destaca por su delicadeza.
La joya fue usada por primera vez durante la celebración del cumpleaños número 18 de la princesa Ingrid de Noruega, y fue adquirida por los padres de Elizabeth, los reyes Felipe y Matilde, en 2019 como regalo por su mayoría de edad. Aunque no existe mucha información respecto al origen de esta pieza, expertos afirman que podría tratarse de la tiara Vestey.

Abdication of Grand Duke Henri of Luxembourg and Accession to the Throne of His Royal Highness Crown Prince Guillaume

Princesa Elisabeth de Bélgica.

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La tiara “Espuma de diamantes” de Charlene de Mónaco

El Día Nacional de Mónaco 2025, fue el escenario perfecto para que Charlene apostara por una pieza contemporánea y muy personal.
La tiara “Espuma de diamantes” hizo su debut en 2011 como regalo de bodas del príncipe Alberto a la princesa. La joya está elaborada con 60 kilates de diamantes en oro blanco y puede desmontarse en broches más pequeños; su diseño corrió a cargo de Lorenz Bäumer, y simula una ola rompiendo contra algo en un claro homenaje a su antigua profesión en natación.

Tiara Lover’s Knot de Kate Middleton

Para cerrar con broche de oro, no podemos olvidar el día que Kate Middleton apostó por la tiara Lover’s Knot durante la visita de Estado del presidente de Estados Unidos a Reino Unido.
Esta joya, creada originalmente para la reina María en 1913 por Garrard, sí está inspirada en una diadema del siglo XIX que perteneció a la duquesa de Cambridge. Es famosa por sus 19 perlas colgantes y sus piezas de diamantes, y aunque históricamente ha sido asociada con Diana de Gales, Kate ha sabido darle una nueva identidad de liderazgo, haciéndola una de sus piezas más icónicas.

Definitivamente, el 2025 fue un año lleno de eventos importantes y emblemáticos para la realeza. Más allá del estilismo que las reinas y princesas nos han permitido observar durante estos eventos, el uso de estas piezas nos recuerda su valor histórico, pues más que un accesorio, estas joyas reales son reflejo de legados y siguen vivos. Esperemos con qué otras magníficas piezas las royals nos sorprenden en 2026.

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