Fue el 10 de junio de 1993 cuando Rania de Jordania se casó con Abdalá II de Jordania, el entonces príncipe heredero, en una ceremonia en el Palacio de Zahran en Ammán, desde entonces se convirtió en un punto de referencia en cuanto a moda y estilo.
En marzo de 1999 fue coronada reina consorte, un mes después de que su esposo fuera coronado rey de Jordania, y ese mismo año, causó sensación con un encantador vestido de color borgoña, durante una visita de Estado a Francia.
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El vestido color borgoña de Rania de Jordania que es perfecto para Año Nuevo
Fue el 15 de noviembre de 1999 cuando la reina Rania de Jordania acompañó a su esposo, el rey Abdalá II, durante una visita de Estado a Francia, y durante la cena oficial, deslumbró con un elegante vestido color borgoña, consolidando desde entonces su imagen de sofisticación y estilo impecable.
Se trató de un vestido que combinaba una silueta elegante y depurada, muy representativo de la moda de finales de los años 90, es decir, líneas limpias, caída impecable y presencia sobria sin excesos decorativos.
El escote recto, que dejaba al descubierto los hombros con elegancia, se robaba todas las miradas, decorado sutilmente con encaje del mismo tono, que acompañó con un bolso clutch y un chal del mismo color.
En cuanto a las joyas, Rania optó por piezas discretas y elegantes para no robarle protagonismo al vestido, el pelo lo lució en un moño alto y el maquillaje fue discreto pero glamuroso.
¿Por qué el vestido borgoña de Rania de Jordania es ideal para Año Nuevo?
El vestido color borgoña de Rania de Jordania es elegante, sobrio y con carácter, ideal para la noche y la luz artificial, demostrando que la sofisticación no está en el exceso, sino en la intención, con un estilo maduro y equilibrado que no necesita adornos de más.
Por otra parte, el color borgoña es profundo y rico, pensado para transmitir sofisticación, madurez y elegancia sin ostentación.
Para Año Nuevo 2025, este look invita a cerrar ciclos con elegancia y presencia, apostando por una sofisticación auténtica que no necesita excesos para destacar.